Isaac Asimov: El niño feo. Resumen y análisis

Isaac Asimov - El niño feo. Resumen y análisis

Sinopsis: El niño feo (The Ugly Little Boy) es un cuento de Isaac Asimov, publicado en septiembre de 1958 en la revista Galaxy Science Fiction. La historia gira en torno a un experimento científico realizado por la empresa Stasis, Inc., que logra traer al presente a un niño Neanderthal de hace cuarenta mil años. Encerrado en un espacio controlado y observado como un objeto de estudio, el niño es asignado al cuidado de Edith Fellowes, una enfermera que comienza a relacionarse con él más allá de su apariencia y origen.

Advertencia

El resumen y análisis que ofrecemos a continuación es sólo una semblanza y una de las múltiples lecturas posibles que ofrece el texto. De ningún modo pretende sustituir la experiencia de leer la obra en su integridad.

Isaac Asimov - El niño feo. Resumen y análisis

Resumen de El niño feo, de Isaac Asimov.

Una enfermera llamada Edith Fellowes empieza a trabajar en una institución científica llamada Stasis, Inc., donde se ha llevado a cabo un experimento revolucionario: traer del pasado a un niño neandertal mediante una tecnología que permite captar objetos y seres vivos de otras épocas. El niño, que apenas tenía tres años en el momento del traslado, recibe el nombre de Timmie. Aunque es físicamente muy distinto a los humanos actuales —deforme para los ojos modernos, con cabeza alargada, piernas arqueadas y rostro simiesco—, también es un niño vulnerable y asustado.

Edith es asignada a su cuidado en una instalación cerrada conocida como Stasis Número Uno, un recinto especial donde el tiempo no transcurre de manera normal, sino que está aislado del flujo temporal del universo. Funciona como una especie de burbuja cerrada, creada por los científicos para mantener dentro a los objetos o seres traídos del pasado sin alterar el presente ni consumir una enorme cantidad de energía. Por esa misma razón, Timmie no puede salir de allí: si se lo sacara al mundo exterior, el costo energético sería tan elevado que colapsaría el sistema y afectaría gravemente toda la infraestructura del centro.

Al principio, Edith siente rechazo hacia el niño por su aspecto, pero con el tiempo su relación con él cambia. Descubre que, a pesar de su apariencia, Timmie siente emociones, miedos y afectos como cualquier otro niño. Comienza a verlo como un ser sensible, inteligente, afectuoso y necesitado de cuidados y afecto. Edith se encariña profundamente con Timmie y acaba sintiendo por él una conexión maternal.

Gracias al impacto mediático que genera el experimento con Timmie, Stasis, Inc. se convierte en un centro de investigación exitoso. La noticia de la existencia de un «niño Neandertal», apodado por la prensa como el «Ape-boy» (chico simio), causa revuelo mundial. Mientras tanto, Timmie vive aislado en su pequeño entorno artificial, sin más compañía que la de Edith y, ocasionalmente, la de Jerry, un niño moderno hijo del director del proyecto, el Dr. Hoskins.

Aunque la interacción con Jerry es una forma de socialización para Timmie, su relación no es fácil. Jerry es dominante y lo trata con superioridad. En un momento dado, Timmie, empujado por la humillación y el dolor emocional, muerde a Jerry durante una pelea, después de que este lo llama «mono» y le dice que no es un niño de verdad. Algunos interpretan este incidente como una muestra de peligrosidad de Timmie, aunque Edith sabe que fue un acto desesperado de autodefensa emocional.

Con el paso del tiempo, Timmie comienza a desarrollar habilidades cognitivas sorprendentes: aprende a hablar con fluidez, se interesa por las historias que Edith le lee, se entusiasma con los libros y finalmente aprende a leer por sí mismo. Edith, emocionada, imagina la posibilidad de crear una escuela especial para él, donde, a pesar del encierro físico, pudiera recibir una educación adecuada y ampliar sus horizontes. Pero cuando le propone esta idea al Dr. Hoskins, recibe una respuesta fría y tajante: el experimento con Timmie ha cumplido su función y ahora necesitan liberar el espacio de Stasis Número Uno para futuros experimentos más importantes. Para ello, planean enviar a Timmie de vuelta a su tiempo y su mundo.

La noticia le golpea con dureza. Comprende que la institución no ve a Timmie como un ser humano, sino como algo prescindible. El siguiente proyecto consiste en traer a un hombre adulto del siglo XIV y, para ello, necesitan deshacerse del niño. Edith, desesperada, comienza a planear su huida con Timmie. Se convence de que debe sacarlo de Stasis Uno y llevárselo a algún sitio donde puedan vivir libremente.

Una noche, intenta llevar a cabo su plan: disfrazar a Timmie, sacarlo en brazos, pasar el control de seguridad y escapar. Pero en el último momento, el propio Dr. Hoskins la intercepta. Él le explica los motivos por los que Timmie no puede salir del espacio de Stasis. Además, le asegura que enviarlo de regreso al pasado no supondrá una ejecución, sino una forma de darle libertad. Edith, sin embargo, sabe que Timmie no sobrevivirá solo en un mundo salvaje, sin tribu, sin protección y sin entender su entorno.

En un acto de profunda desesperación, Edith le pide unos minutos para despedirse de Timmie. Lo abraza y, como siempre, lo tranquiliza. En ese momento, Timmie le pregunta si ella es su madre. Edith, emocionada, le dice que sí, que puede llamarla así. Lo alza en brazos y, en un gesto inesperado, activa el mecanismo que desactiva Stasis Uno. Ambos desaparecen juntos y regresan al pasado.

El cuento concluye con ese gesto: Edith renuncia al presente, a su vida, a su mundo, para no dejar a Timmie a su suerte. Elige vivir con él en la prehistoria, acompañarlo, protegerlo y darle una vida que de otro modo no habría tenido. Así, la maternidad simbólica que había asumido se convierte en un compromiso real y definitivo fuera del tiempo.

Personajes de El niño feo, de Isaac Asimov.

El personaje central del cuento es Edith Fellowes, la enfermera encargada de cuidar al niño neandertal. Su figura es fundamental, no solo por su papel en la trama, sino también por su evolución emocional y ética a lo largo del relato. Al principio, Edith es una profesional competente, disciplinada y con un fuerte sentido del deber, aunque también está condicionada por los prejuicios y estereotipos sociales. Su primera reacción ante Timmie está marcada por el rechazo, el disgusto y la incomodidad, motivada por su aspecto físico y su comportamiento primitivo. Sin embargo, a medida que avanza la historia, Edith comienza a ver más allá de las diferencias exteriores y descubre en Timmie un niño tierno, sensible, vulnerable y profundamente humano. Su vínculo se transforma en una relación afectiva intensa y auténtica. De cuidadora pasa a convertirse, simbólicamente, en madre. A través de su personaje se articula el conflicto moral del cuento: la disyuntiva entre la mirada científica y utilitaria sobre el niño y la comprensión humanista de su valor intrínseco como ser sensible. Edith es también quien protagoniza el desenlace radical de la historia: elige renunciar a su vida y a su tiempo para acompañar a Timmie al pasado, movida por un amor maternal que trasciende las fronteras biológicas y temporales.

Timmie, el niño neandertal, es el otro gran protagonista del cuento. Su figura concentra el sentido simbólico más profundo de la historia: representa al Otro, al diferente, al excluido. Desde el principio, se le describe en términos que lo alejan de lo humano: su deformidad física, su lenguaje rudimentario, su olor, su comportamiento casi animal. Sin embargo, el relato trabaja precisamente para desmontar esa primera impresión. A medida que avanza la historia, el lector, al igual que Edith, descubre en Timmie emociones complejas, ternura, miedo, necesidad de afecto, capacidad de aprendizaje, lenguaje, memoria e incluso conciencia de su propia soledad. Timmie simboliza también la fragilidad de la infancia: es un niño sacado violentamente de su tiempo, arrancado de su mundo, condenado a vivir encerrado, objeto de estudio e incomprendido, y marginado. Su proceso de desarrollo, del balbuceo a la lectura, del miedo a la confianza, muestra un potencial humano pleno que contrasta con el trato que recibe por parte de los adultos. Timmie es, en última instancia, el espejo en el que se revela la crueldad de una ciencia deshumanizada.

El Dr. Hoskins es el responsable científico del proyecto Stasis y uno de los personajes más complejos de la historia. Representa la racionalidad científica, el progreso técnico y el pragmatismo institucional. Al principio, se presenta como un hombre arrogante, autoritario y frío, cuyo interés por Timmie se limita al valor experimental y mediático que este representa. Sin embargo, a lo largo del relato se revelan ciertos matices en su carácter. En ocasiones, muestra gestos de simpatía, preocupación e incluso respeto hacia Edith y el niño. Llega a aceptar que Timmie necesita compañía y permite que su propio hijo juegue con él. No obstante, sus decisiones finales están guiadas por los intereses de la institución: cuando el niño deja de ser útil, opta por eliminarlo del presente y devolverlo al pasado, ignorando por completo su dimensión emocional y moral. Hoskins no es un villano, pero encarna con claridad el conflicto entre ciencia y ética, entre progreso y humanidad. Su figura contrasta con la de Edith y su papel es clave para poner en tensión los valores que el cuento explora.

Jerry Hoskins, el hijo del científico, es un personaje secundario, pero relevante. Representa al niño moderno: está bien cuidado, educado, tiene acceso a la vida social, a la escuela y a la tecnología. Contrasta con Timmie en todos los sentidos: físico, cultural y social. Aunque su inclusión en la historia parece buscar una oportunidad de integración para Timmie, en la práctica refuerza su marginación. Jerry es egoísta, dominante y no muestra ninguna sensibilidad ante las diferencias del otro niño. La relación entre ambos termina en violencia simbólica y física cuando Jerry lo insulta y Timmie reacciona mordiéndolo. Su personaje también ilustra cómo los prejuicios y el desprecio por la otredad pueden reproducirse desde la infancia.

Mrs. Hoskins, la esposa del director del proyecto, aparece brevemente, pero cumple una función significativa en la historia. Su actitud ante Timmie denota desconfianza, repulsión y miedo. Aunque accede a que su hijo interactúe con el niño neandertal, su gesto denota rechazo, lo que contribuye a reforzar la percepción social negativa sobre Timmie. Su presencia evidencia que el prejuicio hacia lo diferente no es exclusivo del mundo científico, sino que forma parte de los valores y miedos compartidos por la sociedad.

Candide Deveney, el periodista de ciencia que aparece en la primera parte del cuento, cumple una función contextualizadora. Su presencia permite al lector conocer detalles técnicos sobre el proyecto Stasis y la manera en que se presentó al mundo el experimento. Deveney actúa como mediador entre la ciencia y la opinión pública y su mirada ayuda a entender el impacto mediático del caso Timmie. Sin embargo, luego desaparece del relato y su papel se limita a la presentación del marco tecnológico.

Análisis de El niño feo, de Isaac Asimov.

El cuento El niño feo propone una historia de ciencia ficción que no se limita a los elementos técnicos o futuristas, sino que se adentra con delicadeza en una pregunta profundamente humanista: ¿qué define realmente a una persona como «humana»? A través del personaje de Timmie, un niño neandertal traído desde el pasado por medio de un experimento científico, Isaac Asimov construye un relato emotivo, reflexivo y crítico que invita a cuestionar nuestras propias ideas sobre el valor de la vida, la infancia, el cuidado y la empatía.

La historia se desarrolla en un entorno tecnológico avanzado, donde una empresa llamada Stasis, Inc. logra aislar fragmentos del pasado para traerlos al presente. Gracias a este procedimiento, logran transportar a un niño neandertal que vivió hace cuarenta mil años. Lo primero que destaca es que el niño no es llevado al presente por razones humanitarias, sino por puro interés científico y mediático. No se le considera un ser humano pleno, sino un objeto de estudio. Esa es la base sobre la que se construye la tensión del cuento: un niño reducido a «experimento», encerrado en una especie de cápsula temporal, sin contacto con el mundo, lejos de su tribu, sin futuro, sin pasado, sin libertad.

El conflicto humano surge cuando Edith Fellowes, la enfermera encargada de cuidarlo, empieza a cambiar su mirada. Al principio, ella también se siente incómoda ante su aspecto físico, que se aleja del ideal estético y biológico al que está acostumbrada. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, ese niño que parecía «feo» o «salvaje» se muestra sensible, curioso, afectuoso e inteligente. Poco a poco, Edith deja de verlo como un experimento y comienza a verlo como un niño real. Su rol cambia: de cuidadora a figura maternal. Esta transformación es central en el cuento, ya que muestra que la empatía nace del vínculo humano, no de las apariencias ni de las etiquetas sociales o científicas.

Uno de los elementos literarios más interesantes del cuento es el contraste constante entre la visión científica y la visión afectiva. El relato enfrenta dos formas de mirar al ser humano: por un lado, los científicos, que ven a Timmie como un espécimen, una herramienta útil para obtener conocimiento o fama; por otro lado, Edith, que representa una mirada ética, empática y emocional. El autor no presenta a los científicos como malvados, sino como personas atrapadas en una lógica fría y racional que no es capaz de incluir el valor del afecto o del sufrimiento individual. Este contrapunto está muy bien trabajado a lo largo del texto y le da profundidad al conflicto central.

También es importante observar cómo el cuento aborda el tema del «otro», del diferente. Timmie no encaja en los modelos establecidos de lo que se espera de un niño. Su cuerpo, su lenguaje y su historia son distintos, y por eso es excluido. La sociedad, incluso los niños como Jerry, lo discriminan, lo insultan y lo rechazan. Asimov muestra con claridad que el rechazo a lo distinto no solo nace del miedo o la ignorancia, sino también del prejuicio y del deseo de mantener ciertas jerarquías. Al llamar «Ape-boy» a Timmie, lo rebajan a un nivel casi animal, borrando su humanidad. Este es uno de los mensajes más poderosos del cuento: la dignidad humana no debe estar condicionada por el aspecto, el origen o la capacidad de adaptación a los estándares de una sociedad.

Desde el punto de vista del estilo narrativo, el cuento está escrito con una prosa clara, sencilla y directa. Asimov no recurre a adornos innecesarios ni a descripciones complejas, pero sí cuida cada diálogo y cada escena para que el lector sienta el paso del tiempo y la evolución de los vínculos. La narración se centra principalmente en el punto de vista de Edith, lo que permite al lector ir cambiando su propia percepción a medida que lo hace la protagonista. Este recurso es muy eficaz: lo que en un principio parece una historia de ciencia y tecnología se convierte lentamente en una historia íntima y conmovedora sobre el amor, la soledad y el sacrificio.

Otro elemento literario significativo es el uso de los espacios. La mayor parte de la historia transcurre dentro del Stasis Número Uno, un ambiente artificial y cerrado donde el tiempo está suspendido. Ese encierro refuerza el sentido de aislamiento que sufre Timmie y hace visible su condición de prisionero. Sin embargo, también funciona como símbolo del encierro emocional en el que viven los personajes: Edith, atrapada en su función profesional; los científicos, encerrados en su lógica racional, y Timmie, confinado en su mundo de infancia sin posibilidades de crecer como un niño normal.

El desenlace del cuento es especialmente impactante y merece una lectura atenta. Consciente de que Timmie será eliminado del presente porque «ya no sirve», Edith decide escapar con él. Pero no hacia el presente, sino hacia el pasado. En un acto de amor extremo, Edith elige dejar su mundo para vivir con Timmie en la prehistoria. No es un final heroico ni triunfal, sino profundamente humano. Edith no intenta salvar a Timmie de su especie ni cambiar su destino histórico, sino acompañarlo, protegerlo y amarlo en el único lugar donde él puede ser libre. Esa elección, tan dolorosa como generosa, convierte al cuento en una poderosa reflexión sobre el cuidado, el compromiso ético y el valor de la infancia.

Finalmente, el cuento también invita a reflexionar sobre el papel de la ciencia. Asimov no niega su valor, pero advierte sobre los peligros de una ciencia que pierde de vista a las personas. La tecnología puede permitir hazañas increíbles, como traer seres del pasado, pero si no está guiada por principios éticos, puede volverse cruel. En este sentido, El niño feo no es solo un relato sobre un experimento temporal, sino una advertencia sobre cómo tratamos a los más vulnerables cuando permitimos que el conocimiento avance sin compasión.

Isaac Asimov - El niño feo. Resumen y análisis
  • Autor: Isaac Asimov
  • Título: El niño feo
  • Título Original: Lastborn (The Ugly Little Boy)
  • Publicado en: Galaxy Science Fiction, septiembre de 1958
  • Aparece en: Nine Tomorrows (1959)

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