Juan Emar: El perro amaestrado
Desiderio Longotoma, Baldomero Lonquimay y yo somos amigos. Esto nada tiene de extraño, pues juntos jugábamos en nuestra infancia. ¿Eran propiamente juegos los nuestros? Los de Desiderio Longotoma y los míos, sí. Los de Baldomero Lonquimay…, dudoso. Baldomero Lonquimay era, ya de niño, extremadamente serio y reflexivo y era, además… En fin, sobre los subestratos … Leer más