Margarita Aguirre: Los muertos de la plaza
Como si se lo hubieran propuesto estaban los cuatro sentados uno frente al otro formando un rectángulo. Esperaban el té. La empleada, un poco más lejos, trajinaba con tazas y
Como si se lo hubieran propuesto estaban los cuatro sentados uno frente al otro formando un rectángulo. Esperaban el té. La empleada, un poco más lejos, trajinaba con tazas y
EN las ventanas de la casa de Isabel hay pequeños maceteros pintados de rojo, las cortinas son claras, y en el jardín florece un aromo. Isabel lleva dos trenzas negras