Ernest Hemingway: Los asesinos. Resumen y análisis

Ernest Hemingway - Los asesinos. Resumen y análisis

Sinopsis: Los asesinos (The Killers) es un cuento de Ernest Hemingway, publicado en 1927 en Scribner’s Magazine. La historia transcurre en un pequeño restaurante de la ciudad de Summit, donde dos hombres desconocidos entran con una actitud extraña y amenazante. George, el encargado, y Nick Adams, un joven cliente, observan con creciente inquietud cómo los forasteros acaban dominando el lugar. Pronto queda claro que han ido a asesinar a un hombre llamado Ole Anderson. A medida que la tensión aumenta, Nick se ve envuelto en una situación que lo enfrenta a la brutalidad de la violencia y a la inevitabilidad del destino.

Ernest Hemingway - Los asesinos. Resumen y análisis

Advertencia

El resumen y análisis que ofrecemos a continuación es sólo una semblanza y una de las múltiples lecturas posibles que ofrece el texto. De ningún modo pretende sustituir la experiencia de leer la obra en su integridad.

Resumen de Los asesinos, de Ernest Hemingway.

En una pequeña ciudad llamada Summit, al anochecer, dos hombres interrumpen la tranquilidad del restaurante Henry’s Lunch-Room, donde en ese momento solo se encuentran George, el encargado, y Nick Adams, un joven cliente. Los visitantes visten de manera similar, con abrigos demasiado ajustados y sombreros tipo hongo. Ambos se sientan en la barra y piden la cena. Cuando George les informa de que ciertos platos solo se sirven a una hora determinada, los hombres reaccionan con impaciencia y hostilidad. Nick Adams observa la escena en silencio desde el otro extremo del mostrador, mientras el ambiente se torna cada vez más tenso.

Poco después, los dos hombres, que se identifican como Max y Al, revelan su verdadera intención: han venido a asesinar a Ole Andreson, un exboxeador sueco que suele cenar allí todas las noches a las seis. Max y Al toman el control del local. Al encierra a Nick y a Sam, el cocinero, en la cocina, donde permanecen amarrados y amordazados. Mientras, Max se mantiene en la barra junto a George, esperando a que aparezca Ole Andreson.

Durante la tensa espera, otros clientes entran en la cafetería, pero George, siguiendo las instrucciones de Max, se limita a decir que el cocinero no está o que está enfermo. Nadie se queda en el local, todos se marchan. Al y Max se entretienen burlándose de George y comentando entre sí que matarán a Ole Andreson «para cumplir con un favor». George, cada vez más intranquilo, revisa el reloj y ve que ha pasado la hora a la que Ole suele llegar. A las siete, Ole aún no ha aparecido, por lo que los dos hombres deciden marcharse, dando por fracasado su intento. Al se dirige a la cocina, recoge la escopeta y, antes de salir, amenaza a George, Nick y Sam, advirtiéndoles de que han tenido suerte de seguir con vida. Luego se van, atravesando la calle y perdiéndose de vista.

Una vez libres, George libera a Nick y a Sam. Ambos están conmocionados: el cocinero asegura que no quiere volver a verse envuelto en nada parecido. George le pide a Nick que vaya a avisar a Ole Andreson de lo ocurrido, pues sabe dónde vive. Nick sale a la calle y se dirige a la pensión de Hirsch, en cuyo último cuarto, al fondo de un pasillo, se aloja Ole. Allí encuentra al hombre tumbado en la cama, vestido y mirando fijamente la pared. Nick le explica con detalle lo sucedido: dos hombres han entrado en la cafetería con la intención de asesinarlo. Ole escucha sin inmutarse y sin parecer sorprendido. No le interesa saber cómo eran los asesinos ni piensa ir a la policía. Le dice a Nick que no hay nada que hacer, que está cansado de huir y que, tarde o temprano, saldrá de la habitación cuando asuma su destino.

Nick, que no sabe cómo ayudar, se despide. Regresa con George, quien le espera inquieto en la cafetería. Al contarle lo que ha dicho Ole, ambos comprenden que el hombre se ha resignado y que no pretende evitar el peligro que le acecha. Sam, el cocinero, insiste en que nadie debería involucrarse, mientras que Nick admite que quiere irse del pueblo, pues no soporta la idea de que Ole permanezca acostado en su cuarto, consciente de que lo están buscando para matarlo. George coincide en que la situación es terrible y se limita a aconsejarle que no piense más en ello. Así concluye la historia, dejando en el aire el destino definitivo de Ole Andreson y la conmoción que todo ello provoca en Nick y en George.

Personajes de Los asesinos, de Ernest Hemingway.

Nick Adams aparece en el relato como un joven cliente asiduo a la cafetería de Henry. Su presencia es la de un observador involuntario, forzado a participar en un episodio violento y a enfrentarse al miedo que generan Al y Max. Nick muestra curiosidad y solidaridad cuando decide ir en busca de Ole Andreson para advertirle del peligro. Al conocer la reacción resignada de este último, Nick se enfrenta a un dilema moral que le produce una gran angustia, ya que no comprende cómo alguien puede aceptar el destino de manera tan pasiva. Su incomodidad y su deseo de marcharse del pueblo reflejan la tensión psicológica que siente al presenciar la violencia y sentirse impotente para evitarla.

George es el encargado del restaurante. A diferencia de Nick, parece más experimentado y consciente de los peligros del mundo. Mantiene la calma durante la tensa interacción con los asesinos, tratando de no provocarlos y protegiendo a Nick y al cocinero. George es pragmático y realista, y es consciente de que no puede hacer mucho frente a la amenaza de los asesinos. Sin embargo, también muestra compasión al enviar a Nick a advertir a Ole, a pesar de saber que probablemente no servirá de nada. George representa la resignación y la aceptación de que, en ocasiones, las fuerzas del mal son demasiado grandes para enfrentarlas directamente.

Los asesinos, Al y Max, son los personajes que generan la tensión principal de la historia. Son dos criminales fríos y sarcásticos que actúan con una mezcla de eficiencia profesional y cinismo. Su forma de hablar, llena de frases cortantes y comentarios irónicos, los hace parecer casi caricaturescos, pero su amenaza es real y constante. No sienten odio personal hacia Ole Anderson ni parece haber una razón concreta para matarlo; simplemente cumplen un encargo, lo que los vuelve aún más aterradores. Son la representación de la violencia impersonal y sin escapatoria, y un recordatorio de que en su mundo la muerte puede llegar de manera arbitraria y sin dramatismo.

Sam, el cocinero afroamericano, es un personaje secundario pero relevante. Su reacción ante los acontecimientos es de absoluto terror y es el único que verbaliza su rechazo total a la violencia al decir repetidamente que «no quiere nada de eso». Su actitud contrasta con la de George y Nick, ya que él no intenta comprender ni intervenir; simplemente quiere mantenerse alejado. Su papel en la historia enfatiza el impacto que tiene el miedo en las personas corrientes cuando se enfrentan a una violencia que no pueden controlar.

Ole Andreson es el centro de la historia, aunque solo aparece al final del relato. Exboxeador y fugitivo de un pasado violento, ha aceptado su destino con una pasividad casi inhumana. Su actitud de resignación y su negativa a huir o buscar ayuda sugieren que lleva tiempo esperando su muerte. No trata de justificarse ni de buscar una salida, simplemente asume que su suerte está echada. Su figura es trágica porque encarna la impotencia ante fuerzas que están más allá de su control y su destino parece una consecuencia inevitable de errores del pasado que nunca se explicitan del todo. Su inmovilidad y su negativa a mirar a Nick o a reaccionar con sorpresa ante la noticia de los asesinos refuerzan la idea de que está emocionalmente muerto mucho antes de que lo maten físicamente.

La figura secundaria de la encargada de la pensión, la señora Bell, aporta un matiz de normalidad y cotidianidad al relato. Ella se interesa superficialmente por la salud de Ole y se limita a lamentar que no quiera salir a pasear. Aunque no participa en la acción violenta, su breve aparición subraya el contraste entre la tranquila vida de un pequeño pueblo y la inminente fatalidad que se cierne sobre Ole. La pensión misma actúa como un refugio en el que, sin embargo, Ole no encuentra alivio ni salvación, sino tan solo el espacio donde espera el desenlace que parece inevitable.

Comentario y análisis de Los asesinos, de Ernest Hemingway.

Los asesinos, de Ernest Hemingway, es un cuento breve que, a simple vista, parece girar en torno a un intento de asesinato, pero en realidad explora algo más profundo: la violencia como un hecho ineludible y la forma en que las personas reaccionan ante ella. La historia sigue a Nick Adams, un joven que, por casualidad, presencia la llegada de dos asesinos a un restaurante y luego se enfrenta a una verdad difícil de aceptar: hay hombres como Ole Anderson que, cuando saben que la muerte los acecha, simplemente la aceptan sin luchar.

Uno de los aspectos más impactantes del cuento es la frialdad con la que se presenta la violencia. Los asesinos, Al y Max, no llegan gritando ni mostrando fuerza, sino con una actitud casi indiferente. Bromean, hacen comentarios sarcásticos y parece que están más interesados en entretenerse que en asumir la gravedad de su misión. No tienen un conflicto personal con Ole Anderson; simplemente están cumpliendo un encargo. Esto los hace aún más aterradores, porque muestran que la violencia puede ser arbitraria, casi mecánica, y no necesita una gran justificación. Son una especie de engranaje en una máquina más grande de la que nunca se nos da una explicación completa.

La reacción de los personajes ante la amenaza es fundamental para comprender el cuento. Nick, siendo el más joven, es el único que siente la necesidad de hacer algo: advertir a Ole, buscar una manera de cambiar su destino. George, en cambio, representa un punto de vista más pragmático: entiende que no hay nada que hacer y no se angustia demasiado por ello. Sam, el cocinero, no quiere saber nada del asunto; el miedo lo paraliza por completo. Y luego está Ole Andreson, quien, en vez de huir o pedir ayuda, simplemente se queda acostado en su cama, mirando la pared, esperando. Su resignación desconcierta a Nick y, probablemente, también al lector. No es el tipo de reacción que esperaríamos de un hombre que sabe que lo van a matar, pero ahí está la verdadera tragedia del cuento: Ole ya está derrotado mucho antes de que sus asesinos lleguen a él.

El estilo de la narración carece de largas descripciones y se desarrolla en tiempo real, casi como si fuese una escena de teatro. Esto obliga al lector a centrar la atención en los diálogos y los gestos de los personajes, haciendo que la historia parezca más cercana y aumentando el suspense, ya que se siente la urgencia de cada instante. La ausencia de explicaciones detalladas sobre los orígenes del conflicto o el pasado de Ole crea una atmósfera de misterio e inevitabilidad. El lector se da cuenta de que las razones concretas del crimen importan menos que los efectos que produce en quienes son testigos de la violencia.

Al final del cuento, Nick decide marcharse del pueblo porque no puede soportar la idea de que un hombre espere su muerte sin hacer nada. Esta decisión es importante porque muestra que aún no está preparado para aceptar esa realidad. Para él, la violencia y la resignación de Ole son incomprensibles. George, en cambio, ya parece haber aceptado que el mundo funciona así. Es posible que Hemingway nos esté mostrando un contraste entre la juventud y la experiencia: mientras los jóvenes como Nick todavía creen que se puede hacer algo para cambiar el destino, los adultos como George y Ole saben que, a veces, simplemente no hay escapatoria.

Los asesinos es un cuento breve, pero lleno de significado. Habla de la violencia como una fuerza incontrolable, de la forma en que la gente reacciona ante lo inevitable y de cómo el mundo puede ser brutal e indiferente. No ofrece respuestas fáciles ni héroes que salven el día, pero invita al lector a reflexionar y le deja con una sensación de inquietud. Es un recordatorio de que, en ciertos momentos, la vida nos enfrenta a verdades que no queremos aceptar y que la manera en que respondemos a ellas define quiénes somos.

Ernest Hemingway - Los asesinos. Resumen y análisis
  • Autor: Ernest Hemingway
  • Título: Los asesinos
  • Título Original: The Killers
  • Publicado en: Scribner’s Magazine, 1927

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