Resumen del argumento: En el Toledo medieval, Sara, una joven hebrea de extraordinaria belleza, vive recluida en la casa de su padre, Daniel Leví, un hombre hipócrita y vengativo. Aunque recibe numerosas propuestas de matrimonio de miembros de su comunidad, las rechaza todas, ocultando su amor por un cristiano. Al descubrir la relación, Daniel organiza en secreto un ritual sacrílego con otros judíos para crucificar al joven. La noche del Viernes Santo, Sara los sigue hasta unas ruinas fuera de la ciudad y, al ver los preparativos del sacrificio, irrumpe y denuncia el crimen. Revela que ha advertido al cristiano y proclama su conversión al cristianismo. Su padre, enfurecido, la entrega a la turba como víctima sustituta. Años después, se halla su esqueleto junto a los atributos del martirio, y una flor desconocida brota en el lugar: la Rosa de Pasión.
Advertencia
El resumen y análisis que ofrecemos a continuación es sólo una semblanza y una de las múltiples lecturas posibles que ofrece el texto. De ningún modo pretende sustituir la experiencia de leer la obra en su integridad.
Resumen de La Rosa de Pasión de Gustavo Adolfo Bécquer
Publicada el 24 de marzo de 1864 en El Contemporáneo, «La Rosa de Pasión» es una leyenda religiosa narrada en forma de cuento, que se presenta como el relato oral que una muchacha toledana refiere al narrador una tarde de verano. La joven, mientras deshoja una misteriosa flor, le cuenta la historia de Sara, una muchacha hebrea y el terrible destino que le tocó vivir por amar a un cristiano.
La historia se sitúa en las oscuras callejuelas de la antigua ciudad de Toledo, donde vivía un judío llamado Daniel Leví. Viejo, avaro y de apariencia miserable, Daniel es conocido por su eterna sonrisa forzada y su actitud sumisa con los cristianos, aunque en su interior alberga un profundo odio hacia ellos. Su tienda está repleta de baratijas inútiles y, aunque se rumorea que posee una gran fortuna, vive con extrema humildad.
Daniel vive con su hija, Sara, una joven de extraordinaria belleza que observa el mundo desde el ajimez morisco de su casa. La muchacha, de apenas dieciséis años, es admirada y pretendida por los judíos más acomodados de la ciudad. Sin embargo, ella rechaza a todos sus pretendientes y se niega a casarse. Su constante melancolía y su aislamiento despiertan sospechas. Pronto, uno de sus pretendientes rechazados le revela a Daniel lo que se comenta en la comunidad: que Sara está enamorada de un cristiano.
Aunque al principio disimula, Daniel se llena de furia. En cuanto se marcha el delator, el viejo cierra su tienda con cuidado y se prepara para actuar. Mientras tanto, desde las celosías del ajimez, se escucha cómo estas se cierran de golpe: Sara lo ha oído todo.
La noche del Viernes Santo, mientras la ciudad duerme y los cristianos recuerdan la Pasión de Cristo, Sara se dirige en secreto al río Tajo. Allí toma una barca y paga a un barquero para cruzar a la orilla opuesta. Está preocupada, porque ha notado comportamientos extraños en su padre y en otros judíos, y teme que estén planeando algo terrible. El barquero confirma que ha transportado a mucha gente esa noche, todos con dirección a un lugar solitario más allá de la «Cabeza del Moro».
Decidida a descubrir la verdad, Sara sigue el mismo sendero. Entre sombras y ruinas, llega a los vestigios de una antigua iglesia bizantina. Oculta entre la maleza, contempla horrorizada cómo su padre y otros judíos preparan un espeluznante ritual. Están fabricando una cruz, una corona de espinas y afilando clavos. Es evidente que planean recrear la crucifixión de Cristo.
Llenándose de valor, Sara se presenta ante ellos. Se enfrenta a su padre y lo acusa de preparar un crimen abominable. Les dice que el joven cristiano al que esperaban ha sido advertido por ella y no irá, por lo que su venganza no se llevará a cabo. Pero aún hay más: proclama con firmeza que ha renunciado a su antigua fe y se ha hecho cristiana. Dice que ya no es hija de Daniel, sino de Dios, del verdadero Padre que murió en la cruz.
Las palabras de Sara provocan la ira de su padre, que la arrastra violentamente hasta la cruz y, lleno de odio, la entrega al grupo para que la tomen como víctima en lugar del cristiano ausente. La escena termina con la insinuación de que la joven es martirizada por su propio pueblo, condenada por su conversión.
Al día siguiente, mientras los toledanos celebran la Pascua y queman judas de paja en las calles, Daniel abre su tienda como si nada hubiera ocurrido. Sonríe con su habitual hipocresía, golpea el yunque como siempre, pero las celosías del ajimez permanecen cerradas. Sara ya no está.
Años más tarde, un pastor encuentra una flor extraña que crece entre las ruinas de la iglesia. En sus pétalos se ven representados los símbolos del martirio de Cristo. Al excavar el lugar, se descubre un esqueleto de mujer junto a los objetos que también aparecen en la flor. No se logra identificar el cuerpo, pero se conserva con veneración durante muchos años en la ermita de San Pedro el Verde. A la flor se le da el nombre de rosa de pasión y, de este modo, la memoria de Sara perdura transformada en leyenda.