Inés Arredondo: La sunamita. Resumen

Inés Arredondo - La sunamita. Resumen

«La sunamita», escrito por Inés Arredondo y publicado en 1965, es un cuento sobre sacrificio y opresión en un ambiente rural. Luisa regresa a su pueblo natal para cuidar a su tío Apolonio, un anciano moribundo que influyó en su vida. A medida que la muerte se aproxima, surgen tensiones emocionales y dinámicas de poder que cambian su relación. Con un estilo introspectivo y simbólico, Arredondo explora el deseo, el deber y la lucha interna de una mujer atrapada por sus circunstancias.

Inés Arredondo - La sunamita. Resumen

Advertencia

El resumen y análisis que ofrecemos a continuación es sólo una semblanza y una de las múltiples lecturas posibles que ofrece el texto. De ningún modo pretende sustituir la experiencia de leer la obra en su integridad.

Resumen del cuento La sunamita de Inés Arredondo

La historia comienza con Luisa, una mujer joven y orgullosa, que recibe un telegrama en el que se le informa de que su tío Apolonio, un anciano de más de setenta años que la había criado como a una hija, está al borde de la muerte y desea verla. Luisa, afectada por la noticia, emprende el viaje hacia el pueblo de su infancia, donde se desarrolla la historia en medio de un calor sofocante y un ambiente opresivo que parece presagiar lo que está por venir.

Al llegar a la casa de su tío, Luisa lo encuentra reducido a una figura frágil y moribunda, atormentado por los recuerdos de su vida pasada. Apolonio conserva momentos de lucidez en los que revive episodios de su juventud y habla con nostalgia de su difunta esposa, Panchita. Luisa asume el cuidado del anciano y se sumerge en la rutina de la casa, sintiendo un inesperado apego hacia su tío y el entorno familiar.

Sin embargo, la tranquilidad aparente se rompe cuando Apolonio, consciente de su inminente muerte, expresa un último y extraño deseo: casarse con Luisa en su lecho de muerte para que ella herede sus bienes. Inicialmente impactada, Luisa termina aceptando la petición de Apolonio, presionada por su familia y las circunstancias. Durante la improvisada ceremonia, Luisa experimenta una sensación de repulsión y alienación, pero accede a cumplir el deseo del anciano.

La boda supone un punto de inflexión en su relación. Apolonio, que parecía un hombre al borde de la muerte, comienza a mostrar signos de recuperación. Con el tiempo, su actitud hacia Luisa cambia: se vuelve exigente, posesivo y, por último, explícitamente libidinoso. El tío, que ahora se considera su esposo, cruza límites físicos y emocionales, lo que sumerge a Luisa en una mezcla de horror, vergüenza y asco. La relación se convierte en un tormento insoportable, exacerbado por la aparente vitalidad que la lujuria le concede a Apolonio.

Desesperada, Luisa intenta huir de la situación, pero las circunstancias la obligan a regresar. Apolonio se aferra a la vida con una fuerza inexplicable, empujado por su deseo de someter a Luisa. La protagonista lucha contra sentimientos de culpa, odio y resignación mientras soporta los avances y exigencias de su tío. Con el tiempo, logra superar su repugnancia y afronta la realidad con una mezcla de abnegación y resignación.

Finalmente, después de años de convivencia marcada por el abuso y el sufrimiento, Apolonio muere en paz, liberado de sus obsesiones. Sin embargo, para Luisa, el daño ya está hecho. Su experiencia la transforma irrevocablemente, dejándola consumida por el remordimiento y con la percepción de ser una mujer corrompida y manchada. La narración termina con Luisa sintiéndose aislada y atrapada en un verano eterno que simboliza su condena emocional y espiritual.

Personajes de La sunamita de Inés Arredondo

Luisa (la protagonista): Al inicio del cuento, Luisa es una mujer joven que combina orgullo, pureza y un fuerte sentido de sí misma. Vestida de luto, su altivez la aísla emocionalmente del entorno y le otorga una fachada de fortaleza. Sin embargo, bajo su aparente seguridad se esconde una gran vulnerabilidad que se revela en su evolución a lo largo de la historia. Luisa se ve atrapada en un ciclo de opresión que la despoja de su autonomía: primero, al ser arrastrada a un matrimonio simbólico con su tío, y luego, al ser objeto de los deseos físicos de Apolonio. La protagonista se transforma profundamente: pasa de ser una figura altiva a sentirse mancillada, considerada por los demás como una «ocasión de pecado». Este deterioro psicológico y moral es un reflejo de su entorno y de las dinámicas de poder a las que es sometida. Luisa simboliza la lucha interna entre la resistencia y la resignación, al enfrentarse a la imposibilidad de escapar tanto de su realidad como de los juicios sociales.

Apolonio (el antagonista): El tío Apolonio es un anciano que, en un principio, se muestra como una figura cariñosa y melancólica, entregada al recuerdo de su vida pasada. En su estado de enfermedad terminal, parece un hombre inofensivo volcado en transmitir su legado emocional y material a Luisa. Sin embargo, su carácter se revela en toda su complejidad y oscuridad a medida que avanza la trama. Apolonio encarna el poder patriarcal, y usa su posición de autoridad para manipular y someter a Luisa. Su deseo de casarse con ella, bajo el pretexto de heredarle sus bienes, oculta un propósito más siniestro: transformar su relación en algo retorcido, marcado por la posesión y la lujuria. A medida que recupera fuerzas, se convierte en una figura opresiva y lasciva, despojada de humanidad, una representación del deseo en su forma más degradante. Su muerte final es ambigua: aunque parece alcanzar la paz, deja a Luisa devastada y marcada de por vida.

María, la criada, es un personaje secundario pero clave en la narrativa. Su lealtad y sentido práctico reflejan la sociedad que rodea a Luisa. María persuade a Luisa para aceptar el matrimonio como una forma de asegurar su futuro y evitar que los bienes vayan a otros familiares, destacando las presiones sociales y económicas sobre las mujeres en un contexto rural y tradicional. Ella representa el pensamiento colectivo e influye en las decisiones de Luisa.

Los familiares y el sacerdote: Los parientes de Luisa representan la presión social, viendo el matrimonio con Apolonio como un trámite beneficioso. El sacerdote refuerza el deber cristiano de sacrificio y obediencia, alentando a Luisa a no abandonar a su esposo. Estas figuras reflejan una sociedad que prioriza la supervivencia económica y las convenciones religiosas sobre la dignidad individual.

Inés Arredondo - La sunamita. Resumen
  • Autor: Inés Arredondo
  • Título: La sunamita
  • Publicado en: La señal, 1965

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