Sinopsis: Nos han dado la tierra, cuento de Juan Rulfo publicado en 1945, narra el recorrido de cuatro campesinos que caminan bajo un sol abrasador tras recibir tierras del gobierno. A través de un paisaje árido y desolado, el relato muestra su cansancio, su silencio y la incertidumbre sobre el futuro que les espera. Con una prosa sencilla Rulfo retrata la dureza del campo y la frustración de quienes han sido olvidados por el sistema. La historia, cargada de simbolismo y crítica social, expone la lucha silenciosa de los desposeídos en un mundo injusto.

Advertencia
El resumen y análisis que ofrecemos a continuación es sólo una semblanza y una de las múltiples lecturas posibles que ofrece el texto. De ningún modo pretende sustituir la experiencia de leer la obra en su integridad.
Resumen de Nos han dado la tierra de Juan Rulfo
En el cuento Nos han dado la tierra, Juan Rulfo relata la historia de cuatro hombres que caminan bajo un sol abrasador a través de un vasto llano árido y seco. Llevan andando desde el amanecer y ahora, cerca de las cuatro de la tarde, sienten el agotamiento en cada paso. Antes eran más de veinte, pero el grupo se ha ido dispersando hasta que solo quedan ellos: el narrador, Melitón, Faustino y Esteban. A lo lejos, el ladrido de los perros y el olor a humo anuncian la cercanía de un pueblo, pero todavía tienen que avanzar mucho para llegar.
El camino es duro y monótono. El calor es sofocante y las palabras se les secan en la boca, por lo que apenas pueden hablarse. Una nube cargada de agua pasa sobre sus cabezas, generando un breve instante de esperanza, pero solo deja caer una gota sobre la tierra reseca antes de ser arrastrada por el viento. El llano no cambia; sigue siendo un terreno estéril, sin árboles ni sombra, sin vida.
A medida que avanzan, el narrador reflexiona sobre la tierra que les ha sido entregada. Antes tenían caballos y armas, pero ahora solo les quedan sus pies y el peso de la realidad. El gobierno les ha dado ese llano inmenso como parte de un reparto agrario, pero ellos saben que la tierra no sirve para nada. Querían tierras fértiles junto al río, donde crecen árboles y la tierra es húmeda, pero en cambio les dieron este terreno infértil y duro como piedra. Intentaron protestar y explicar que allí no crecería nada, pero el delegado del Gobierno no los escuchó. Les entregó los papeles y los despidió con la indiferencia de quien ya ha cumplido con su deber.
Melitón, resignado, comenta que esa es la tierra que les ha tocado. Faustino, incrédulo, apenas responde. El narrador, en cambio, piensa que es absurdo considerar ese llano como una verdadera herencia. Ni siquiera los zopilotes se quedan en esa extensión muerta, solo la sobrevuelan de paso. Esteban, por su parte, lleva oculta una gallina bajo su gabán, como si fuera un símbolo de lo poco que les queda. Explica que la trajo consigo porque no quería que pasara hambre en su casa vacía.
Al llegar a la barranca, el paisaje cambia. La tierra se vuelve más fértil, el polvo se levanta con cada paso y se siente el aire de la vegetación cercana. Por primera vez en todo el día, los hombres experimentan una sensación de alivio. Sobre el río vuelan parvadas de chachalacas y el sonido de los perros ahora es más nítido. Esteban se separa del grupo y se pierde con su gallina entre los árboles. Los demás siguen avanzando hacia el pueblo.
Pero la realidad sigue ahí: la tierra que les han dado está arriba, en el llano seco y hostil. Es un regalo inútil, un pedazo de tierra muerta donde no crecerá nada, donde la vida no puede afianzarse.
Personajes de Nos han dado la tierra de Juan Rulfo
El narrador es la voz principal del relato. Se trata de un hombre reflexivo que observa y analiza con detenimiento el entorno y la situación que viven él y sus compañeros. Aunque no se menciona su nombre, su visión del mundo está llena de una lucidez amarga. Con una actitud entre la resignación y la incredulidad, expresa un escepticismo profundo sobre la utilidad de la tierra que les han dado. A través de su mirada se percibe no solo el agotamiento físico por la caminata bajo el sol, sino también el cansancio emocional de quien ha sido despojado de toda esperanza. Es el personaje que más se cuestiona la decisión del gobierno y, aunque no se rebela abiertamente, su monólogo interior revela la ironía de la situación: les han dado un territorio inhabitable, un regalo vacío.
Melitón es otro de los campesinos que forman parte del pequeño grupo. Se muestra callado y resignado, como si ya hubiera aceptado su destino sin cuestionarlo demasiado. Es él quien, con una simple frase, resume el desencanto del cuento: «Esta es la tierra que nos han dado». Su actitud transmite el peso de la sumisión, como si el sufrimiento y la injusticia fueran ya parte natural de su existencia. Su pasividad y su falta de reacción ante la realidad contrastan con el pensamiento crítico del narrador.
Faustino, por su parte, es un personaje bastante silencioso que apenas interviene en la narración. Su única participación destacable es cuando responde de manera casi automática a la afirmación de Melitón. Su figura representa a aquellos que han sido reducidos al papel de espectadores en su propia vida, demasiado agotados o desmotivados para expresar siquiera una queja. Su falta de palabras refuerza la idea de que el desaliento ha calado profundamente en los campesinos, hasta el punto de que ni siquiera ven sentido en protestar.
Esteban es el único del grupo que muestra un apego tangible a algo más que a su propia supervivencia. Lleva consigo una gallina escondida bajo su gabán, un detalle aparentemente trivial pero cargado de simbolismo. Mientras los demás han abandonado cualquier esperanza, él aún conserva un lazo con su hogar y su pasado. Dice que la ha traído porque no había nadie que la alimentara en su casa vacía, lo que sugiere que no tiene familia que lo espere. Aun así, cuida del animal con esmero, hablándole y protegiéndolo del calor. Cuando llegan al pueblo, se separa del grupo y desaparece con su gallina, como si buscara una forma de continuar su vida en otro lugar. Su actitud contrasta con la resignación de los demás y muestra que, aunque sea mínima, todavía existe una voluntad de aferrarse a algo.
Análisis de Nos han dado la tierra de Juan Rulfo
Nos han dado la tierra, de Juan Rulfo, es un cuento breve pero cargado de significado. A primera vista, narra el trayecto de cuatro campesinos que cruzan un llano árido, pero en realidad es una profunda reflexión sobre la injusticia, la desesperanza y el fracaso de la reforma agraria en México. Para comprenderlo mejor, es necesario analizar su contenido y lo que el autor quiere transmitirnos a través de su estilo único y su simbolismo.
El título ya nos da una pista del conflicto central: los personajes han recibido tierras como parte de una política de reparto agrario, pero el problema es que esas tierras no sirven para nada. No hay agua, la tierra es dura como piedra y no se puede sembrar nada en ella. Es un regalo inútil, una forma de hacerles sentir que han sido beneficiados cuando, en realidad, los han abandonado a su suerte. Este punto es clave para entender la crítica de Rulfo: el gobierno entrega tierras, pero no se preocupa de si estas realmente pueden ser cultivadas, por lo que los campesinos se encuentran en una situación igual o peor que antes.
El espacio en el que ocurre la historia es fundamental para comprender la sensación de vacío y desesperanza que impregna el cuento. El llano es un lugar muerto, sin sombra, sin agua, sin vida. Rulfo lo describe con frases cortas y directas, y transmite la fatiga y el agotamiento de los personajes. El sol abrasador, el polvo y la ausencia de vegetación refuerzan la idea de que los campesinos han sido condenados a un destino imposible. El ambiente es tan hostil que incluso el lenguaje se ve afectado: los personajes casi no hablan porque el calor les seca la boca y les quita las ganas de comunicarse. El silencio es una metáfora de su resignación.
La actitud de los personajes también nos dice mucho sobre el mensaje del cuento. No hay grandes rebeliones ni discursos de protesta; solo hay cansancio y un desencanto silencioso. Cuando intentaron demostrar que las tierras eran inútiles, el delegado del gobierno no los escuchó. No les hizo caso, porque la decisión ya estaba tomada. Este episodio refleja la impotencia de los campesinos ante un sistema que no les da voz. En lugar de luchar o rebelarse, caminan aceptando su destino con una mezcla de resignación y desesperanza. Su pasividad no es una muestra de conformismo, sino el resultado de años de ser ignorados y maltratados.
Uno de los símbolos más importantes del cuento es la gallina que lleva Esteban. En medio de un paisaje donde todo parece muerto, este pequeño animal es lo único que representa vida. Mientras los demás han dejado atrás cualquier lazo con su pasado, Esteban aún se aferra a algo, aunque sea tan insignificante como una gallina. Esto contrasta con la tierra estéril que les han dado: mientras el llano no puede sostener la vida, Esteban se aferra a lo poco que tiene. Cuando llegan al pueblo, él se separa del grupo y desaparece con su gallina, lo que puede interpretarse como una pequeña resistencia frente al destino impuesto. A diferencia de los demás, que siguen caminando sin rumbo, él elige un camino distinto, aunque desconocemos hacia dónde lo lleva.
El final del cuento es una de las partes más impactantes. A pesar de que los campesinos llegan al pueblo, la tierra que les pertenece sigue estando allá arriba, en el llano seco e inhabitable. Es un final que deja un sabor amargo: han caminado durante horas, han sufrido el calor y la fatiga, pero en realidad no han avanzado en nada. Siguen igual de desposeídos que al principio. Este final refuerza la crítica de Rulfo: el reparto de tierras no ha mejorado la vida de estos hombres, solo les ha dado una ilusión vacía de progreso.
En definitiva, Nos han dado la tierra es un cuento que, con muy pocas palabras, transmite un profundo mensaje sobre la injusticia social y la desesperanza. A través de la descripción del llano, la actitud de los personajes y pequeños detalles como la gallina, Juan Rulfo nos muestra el sufrimiento silencioso de los campesinos y la ironía de un sistema que les promete un futuro mejor, pero que en realidad los condena a una vida en la miseria. Es una historia que no solo habla del México de la reforma agraria, sino que sigue siendo actual en cualquier contexto donde la desigualdad y la falta de oportunidades condenan a las personas a sobrevivir en condiciones imposibles.
