«Llamadas telefónicas», cuento de Roberto Bolaño, narra la historia de B, un hombre que se reencuentra con su antiguo amor, X, después de años de separación. A medida que retoman su relación, se enfrentan a la incomunicación y la obsesión. X, atrapada en la desesperanza, y B, perdido en sus propios sentimientos, se sumergen en un vínculo problemático y confuso. Cuando X es asesinada, B se convierte en sospechoso, lo que lo lleva a una búsqueda de respuestas sobre su relación y la naturaleza de su amor.
Advertencia
El resumen y análisis que ofrecemos a continuación es sólo una semblanza y una de las múltiples lecturas posibles que ofrece el texto. De ningún modo pretende sustituir la experiencia de leer la obra en su integridad.
Resumen del cuento Llamadas telefónicas de Roberto Bolaño
B, un hombre marcado por un amor pasado, había estado profundamente enamorado de una mujer llamada X. En su juventud, estuvo dispuesto a hacer cualquier cosa por ella, reflejando el fervor de los enamorados. Sin embargo, su relación terminó abruptamente cuando X decidió romper con él por teléfono. Aunque B sufrió inicialmente, con el tiempo logró superar la ruptura y continuó con su vida. Años después, en una noche solitaria, B decide llamar a X. Tras dos intentos, logra contactarla. A pesar del tiempo y la distancia que los separa, las voces que cruzan España de punta a punta revelan el peso de los años. Renace una amistad entre ellos, y deciden reencontrarse.
Ambos han acumulado experiencias difíciles: divorcios, enfermedades y frustraciones. B toma un tren para visitar a X, sin estar enamorado todavía. El primer día lo pasan en casa de X, donde ella habla extensamente sobre su vida mientras B escucha atentamente. Esa noche, X le invita a compartir su cama. Aunque B no siente un deseo intenso, acepta. Al despertar, se da cuenta de que está enamorado de nuevo. Sin embargo, se cuestiona si su amor es hacia X o simplemente hacia la idea de estar enamorado.
La relación se torna complicada. X está sumida en una profunda depresión, al borde del suicidio, y está bajo tratamiento psiquiátrico con múltiples medicamentos que no parecen ayudarla. Llora frecuentemente sin razón aparente. B intenta cuidarla con cariño y diligencia, pero siente que sus esfuerzos son torpes, imitaciones de lo que haría un enamorado genuino. Se da cuenta de que sus intentos por sacarla de su depresión solo la llevan a un callejón sin salida. A veces, mientras ella duerme, B reflexiona sobre su situación y piensa que ambos están atrapados sin escapatoria.
Finalmente, X le pide a B que se marche. En la estación, la despedida es afectuosa pero desesperada. B toma el tren de regreso, y aunque intenta dormir en una litera, no lo logra hasta muy tarde. Sueña con un mono de nieve que camina por un desierto, consciente de que su travesía está destinada al fracaso, pero sigue adelante, guiado por su voluntad y astucia, caminando de noche bajo estrellas heladas. Al despertar, B cree entender el significado del sueño y encuentra un mínimo consuelo. Esa noche, llama a X para contárselo, pero ella permanece en silencio.
En los días siguientes, B continúa llamando a X, pero ella se muestra cada vez más distante. Una noche, frustrado, amenaza con ir a verla, pero X le advierte que no lo haga y que no le abrirá la puerta. Confundido y herido, B no entiende cómo alguien puede cambiar tan drásticamente sus sentimientos. Decide dejar de llamarla.
Medio año después, B vuelve a llamarla. X tarda en reconocer su voz y mantiene una frialdad que le eriza la piel. Percibe que ella quiere decirle algo, pero después de una breve conversación, ella cuelga. Desconcertado, B vuelve a llamar pero permanece en silencio cuando ella contesta. Siente que el tiempo que los separa se hace tangible a través de la línea telefónica. Sin darse cuenta, comienza a llorar y finalmente cuelga.
Días después, B recibe la visita de dos policías, A y Z, que desean interrogarlo. Le informan que X ha sido asesinada y que él es sospechoso. B se derrumba, pero su instinto de supervivencia aflora. Los policías le preguntan por su paradero en fechas específicas, pero B no puede proporcionar una coartada sólida. Pasa la noche en la comisaría, y aunque teme ser trasladado a la ciudad de X, eso no ocurre. Tras tomar sus huellas dactilares y muestras de sangre, es liberado.
De regreso en casa, agotado, B se duerme y sueña con un desierto y el rostro de X, dándose cuenta de que ambos son lo mismo y que él está perdido. Decide viajar a la ciudad de X. Durante el viaje nocturno, reflexiona sobre lo que pudo haber hecho por ella y no hizo. Se pregunta si X habría hecho lo mismo por él y concluye que no, pensando que por eso él está vivo y ella no.
Al llegar, visita al hermano de X, quien sorprendido, lo invita a pasar y le ofrece café. B le cuenta sobre el interrogatorio policial y le pide detalles sobre lo ocurrido. El hermano le explica que fue algo muy triste pero no entiende qué relación tiene B con el suceso. B percibe que el hermano no sospecha de él y se siente aliviado. Cuando el hermano se va al trabajo, B se queda solo en la casa y cae en un sueño profundo donde aparece X.
Al despertar, cree saber quién es el asesino: ha visto su rostro en sueños. Esa noche, sale con el hermano de X. Aunque intentan emborracharse, no lo logran. B confiesa que una vez llamó a X y permaneció en silencio, y que cree que el asesino es quien hacía las llamadas anónimas que X pensaba que eran de él. El hermano no parece entender y sugiere que el asesino es uno de los muchos pretendientes de X. De regreso en casa, B se siente mal y corre al baño, pero no logra vomitar. Pasa el resto de la noche intentando leer y escuchando los ronquidos del hermano.
Al día siguiente, se despiden y B regresa a Barcelona, convencido de que nunca más volverá a esa ciudad porque X ya no está allí. Una semana después, el hermano de X lo llama para informarle que la policía ha capturado al asesino: un antiguo enamorado que molestaba a X con llamadas anónimas. B agradece la llamada y, tras colgar, se queda solo, sumido en sus pensamientos.
El autor de Llamadas telefónicas
Roberto Bolaño (1953-2003) fue un escritor chileno cuya obra ha dejado una huella indeleble en la literatura latinoamericana contemporánea. Nacido en Santiago de Chile, pasó parte de su infancia en Valparaíso antes de emigrar con su familia a México en 1968. En México, se involucró activamente en movimientos literarios y políticos, cofundando el infrarrealismo, un movimiento poético de vanguardia. A finales de los años setenta, se trasladó a España, donde residió el resto de su vida, especialmente en la región de Cataluña.
Bolaño es conocido por su estilo narrativo innovador y por explorar temas como el exilio, la búsqueda de identidad, la literatura y la oscuridad inherente en la condición humana. Su obra abarca poesía, cuentos y novelas, y ha sido reconocida con varios premios, entre ellos el Premio Rómulo Gallegos por su novela «Los detectives salvajes» en 1999. Tras su muerte, su reputación literaria continuó creciendo, consolidándose con la publicación póstuma de «2666», considerada por muchos como su obra magna.
El cuento «Llamadas telefónicas» forma parte de la colección homónima publicada en 1997. Este libro es significativo en la trayectoria de Bolaño porque marca su consolidación como cuentista y narrador después de haber sido reconocido principalmente como poeta. Los relatos de esta colección exploran temas recurrentes en su obra, como el amor no correspondido, la soledad, la obsesión y las relaciones humanas marcadas por la incomunicación y el desencuentro.
«Llamadas telefónicas», el cuento que da título al libro, encapsula muchas de las preocupaciones literarias de Bolaño. A través de una narrativa que mezcla la sencillez con profundidades emocionales, el autor examina la fragilidad de las relaciones y la incapacidad de los personajes para conectar verdaderamente entre sí. Este cuento, al igual que otros de la colección, prefigura los temas y estilos que Bolaño desarrollaría más extensamente en sus novelas posteriores, evidenciando su interés por personajes marginales y situaciones que reflejan la complejidad de la vida moderna.
Análisis literario del cuento Llamadas telefónicas de Roberto Bolaño
Personajes del cuento Llamadas telefónicas
B es el protagonista y narrador de la historia, un hombre solitario que vive atrapado en su propia introspección. Es un personaje ambiguo, lleno de dudas y contradicciones, especialmente en lo que respecta a sus sentimientos hacia X. B revive su amor por X después de años de separación, pero a lo largo del cuento se pregunta si está realmente enamorado de ella o simplemente de la idea del amor. Este cuestionamiento lo lleva a un estado de constante incertidumbre y le impide actuar de manera clara o decisiva. B se convierte en el cuidador de X, pero sus esfuerzos son torpes e ineficaces, reflejando su propia confusión y su deseo de encontrar sentido en una relación que parece condenada al fracaso. Su evolución en el cuento, desde el reencuentro hasta la pérdida definitiva de X, está marcada por la impotencia y la incapacidad de comprenderse a sí mismo y a los demás.
X, por otro lado, es un personaje que se nos presenta a través de la mirada de B, lo que la convierte en una figura más misteriosa y enigmática. X es una mujer marcada por la inestabilidad emocional, bordeando constantemente el abismo del suicidio. Vive en un estado de profunda tristeza y desesperación, y parece incapaz de encontrar consuelo o sentido en su vida. Su relación con B es ambigua y llena de contradicciones; aunque permite que B entre en su vida nuevamente, su actitud es fría y distante, y finalmente lo rechaza de forma tajante. X representa, en muchos aspectos, la incapacidad de las personas para sanar sus propias heridas y para establecer conexiones significativas con los demás. Su trágico final, siendo asesinada por un antiguo amante, subraya la fragilidad y el peligro que rodean a los personajes de Bolaño.
El hermano de X es un personaje secundario pero significativo, ya que ofrece una perspectiva externa a la relación entre B y X. Aunque su aparición es breve, su actitud hacia B y su indiferencia ante las complejidades emocionales que este le plantea, resaltan el aislamiento y la incomunicación que rodean a los personajes principales. El hermano de X parece entender las circunstancias de manera más pragmática, centrándose en hechos y descartando las especulaciones de B. Este contraste refuerza la sensación de que B está atrapado en un laberinto emocional del que no puede escapar.
¿En qué escenario se desarrolla la historia?
La historia de «Llamadas telefónicas» se desarrolla principalmente en España, utilizando como escenarios ciudades separadas por largas distancias geográficas que reflejan la separación emocional entre los personajes. B reside en Barcelona, una ciudad dinámica y cosmopolita en la costa noreste, conocida por su arquitectura modernista y su ambiente vibrante. Esta ciudad sirve como el punto de partida de B, un lugar que, a pesar de su actividad, enfatiza su soledad y desconexión personal.
Por otro lado, X vive en una ciudad situada en el extremo opuesto del país. Aunque el nombre de la ciudad no se menciona explícitamente, se sugiere que está en el sur o en el oeste de España, lo que acentúa la distancia física entre ambos personajes. Esta ciudad representa para B un lugar de nostalgia y confrontación con su pasado. El ambiente allí es más íntimo pero también más tenso, especialmente en la casa de X, que se convierte en un espacio cargado de emociones complejas y conflictos internos.
Los viajes en tren que B realiza para visitar a X son elementos significativos del escenario. Estos trayectos nocturnos a través del país no solo representan el esfuerzo físico por acortar la distancia, sino que también simbolizan su travesía emocional. El tren, con sus largos corredores y compartimentos cerrados, se convierte en un espacio de introspección donde B enfrenta sus sentimientos, dudas y anhelos. Las estaciones de tren, puntos de partida y llegada, son escenarios de encuentros y despedidas que marcan momentos cruciales en la relación entre B y X.
Las llamadas telefónicas son otro componente esencial del escenario. Las voces que atraviesan España de una punta a otra resaltan la desconexión y la dificultad de comunicación entre los personajes. El teléfono actúa como un puente frágil que permite contacto pero que también evidencia la incapacidad de establecer una conexión profunda. Las conversaciones telefónicas están impregnadas de silencios, malentendidos y emociones no expresadas, reflejando la complejidad de su relación.
El ambiente doméstico en la casa de X es un escenario íntimo pero opresivo. Allí, las conversaciones prolongadas, los silencios compartidos y las noches inquietas delinean un espacio donde el pasado y el presente convergen. La casa es a la vez un refugio y una trampa para ambos, un lugar donde intentan reconstruir una conexión pero también donde enfrentan sus propias limitaciones y fragilidades.
Además de los espacios físicos, el escenario onírico del desierto en los sueños de B añade una dimensión simbólica. El desierto, vasto y desolado, representa su estado emocional: una sensación de pérdida, aislamiento y búsqueda sin rumbo. El sueño recurrente del mono de nieve caminando por el desierto bajo estrellas heladas encapsula su sentimiento de estar emprendiendo una travesía imposible, perseverando a pesar de la certeza del fracaso.
¿Quién narra la historia?
En «Llamadas telefónicas», Roberto Bolaño utiliza un narrador en tercera persona que adopta una perspectiva omnisciente limitada centrada principalmente en el personaje de B. Este narrador tiene acceso directo a los pensamientos, emociones y reflexiones internas de B, permitiendo al lector comprender profundamente sus motivaciones, dudas y sentimientos. Sin embargo, el narrador no ofrece la misma introspección respecto a los demás personajes, como X o el hermano de X, lo que mantiene cierto grado de misterio y distancia alrededor de ellos.
El uso de iniciales para nombrar a los personajes, como B y X, es una elección estilística que contribuye a universalizar la experiencia y a focalizar la atención en las emociones y situaciones más que en identidades específicas. Esta técnica también añade un tono enigmático a la narrativa, invitando al lector a interpretar y completar los vacíos con su propia imaginación. El narrador presenta los eventos de manera objetiva, pero al mismo tiempo está estrechamente alineado con la subjetividad de B, lo que crea una tensión entre la realidad externa y el mundo interno del protagonista.
El narrador describe con detalle las acciones y pensamientos de B, especialmente su confusión entre estar enamorado de X o de la idea del amor en sí. A través de esta focalización, se exploran temas como la soledad, la obsesión y la incapacidad de comunicarse efectivamente. El narrador también utiliza elementos simbólicos, como los sueños de B, para profundizar en su estado psicológico y para enfatizar la sensación de pérdida y búsqueda infructuosa que lo acompaña.
A pesar de la cercanía con B, el narrador mantiene una voz neutral y evita emitir juicios explícitos sobre las acciones o decisiones de los personajes. Esta neutralidad permite que el lector saque sus propias conclusiones y se involucre activamente en la interpretación de la historia. La falta de acceso a los pensamientos de X refuerza el tema de la incomunicación y refleja la imposibilidad de B de comprender completamente a la mujer que ama.
El estilo narrativo es directo y fluido, sin interrupciones ni digresiones innecesarias. Bolaño consigue mantener la atención del lector a través de una prosa sencilla pero cargada de significado, donde cada detalle contribuye al desarrollo de los personajes y al avance de la trama. El narrador equilibra la narración de hechos con la exploración emocional, creando una atmósfera introspectiva y a veces claustrofóbica que refleja el estado anímico de B.
¿Qué temas desarrolla la historia?
El amor y la obsesión son temas centrales en la historia. El amor de B por X está teñido de ambigüedad y contradicciones. A lo largo del cuento, B revive una relación que había quedado en el pasado, pero la naturaleza de sus sentimientos es incierta. ¿Está realmente enamorado de X, o simplemente está obsesionado con la idea del amor? Esta pregunta recorre todo el relato, ya que B se debate entre el deseo de reconectar con X y la comprensión de que su amor es un eco de lo que una vez fue. La obsesión de B se manifiesta en sus constantes llamadas telefónicas, incluso después de que la relación parece haberse desvanecido. Su incapacidad para dejar ir a X lo lleva a un estado de angustia y autodestrucción, donde el amor se transforma en una fuerza oscura y destructiva.
La incomunicación y el aislamiento son otros temas fundamentales en la narrativa. A pesar de sus esfuerzos por acercarse a X, B se enfrenta a una barrera insalvable en la comunicación entre ambos. Las conversaciones que tienen están llenas de silencios, malentendidos y distancias insalvables. Incluso cuando están físicamente juntos, hay una falta de conexión auténtica. B escucha a X, pero no logra comprenderla del todo, y X, por su parte, parece estar atrapada en su propio mundo de tristeza y desesperación. Este fracaso en la comunicación se refleja también en las llamadas telefónicas, un medio que debería facilitar la conexión pero que, en la historia, simboliza la creciente distancia entre los personajes. Cada llamada parece alejar a B y a X aún más, convirtiendo la comunicación en un acto de separación más que de unión.
La búsqueda de sentido es otro tema que permea la obra. B, al enfrentarse a la muerte de X y al misterio que la rodea, se embarca en una búsqueda de respuestas que, al final, resulta infructuosa. La historia no ofrece explicaciones claras ni soluciones definitivas; en cambio, deja al lector con la sensación de que el mundo es un lugar caótico e indescifrable. El sueño del mono de nieve que camina por el desierto es una metáfora de esta búsqueda desesperada y sin rumbo. B intenta encontrar un significado en sus sueños, en su relación con X y en los eventos que rodean su muerte, pero se topa con la realidad de que algunas cosas simplemente no tienen una explicación o un sentido claro. Esta falta de respuestas refuerza la idea de que la vida está llena de incertidumbre y que el ser humano, en su deseo de comprender y encontrar consuelo, a menudo se enfrenta a la incomprensibilidad del mundo.
La depresión y la enfermedad mental se abordan a través del personaje de X, quien está sumida en una profunda desesperación. Bolaño presenta una mirada sincera a la fragilidad psicológica, mostrando cómo la depresión afecta no solo a quien la padece sino también a quienes la rodean. B intenta ayudarla, pero sus esfuerzos son torpes y, a menudo, infructuosos, lo que pone de relieve la complejidad de relacionarse con alguien en tal estado emocional. Este tema enfatiza la dificultad de superar barreras internas y la sensación de impotencia ante el sufrimiento ajeno.
Finalmente, la presencia de la muerte y la violencia también es un tema subyacente en el cuento. La muerte de X, presentada de forma abrupta e impactante, introduce un elemento de tragedia y fatalidad. No solo se trata de la pérdida de una persona, sino también de la desaparición de una posibilidad de conexión y entendimiento. La muerte, en este caso, simboliza el fin de la esperanza y la imposibilidad de reconciliarse con el pasado. Además, la violencia implícita en el asesinato de X y en la obsesión de B añade una capa de oscuridad a la narrativa, sugiriendo que las relaciones humanas pueden estar marcadas por el daño y la destrucción.
¿Qué estilo de escritura emplea el autor?
El estilo de Bolaño se caracteriza por una prosa directa y aparentemente sencilla, que sin embargo logra transmitir una gran complejidad emocional y psicológica. Su lenguaje es preciso y económico, evitando florituras literarias innecesarias en favor de una narración concisa y efectiva. Esta aparente simplicidad contrasta con la profundidad de los temas tratados, creando una tensión que mantiene al lector enganchado y le exige una participación activa en la interpretación del texto.
Una de las técnicas más notables empleadas por Bolaño es la fragmentación temporal. El autor juega con la cronología de los eventos, alternando entre presente, pasado y futuro de manera fluida. Esta técnica no solo refleja el estado mental confuso y desorganizado del protagonista, sino que también crea una sensación de desorientación en el lector, que se ve obligado a reconstruir la secuencia de eventos por sí mismo. La fragmentación temporal también sirve para enfatizar la naturaleza cíclica y repetitiva de la obsesión de B por X.
Bolaño utiliza la técnica del flujo de conciencia de manera sutil pero efectiva, permitiendo al lector acceder a los pensamientos y emociones más íntimos de B. Este enfoque proporciona una visión profunda de la psicología del personaje, revelando sus contradicciones internas y su lucha por comprender su propia situación. El flujo de conciencia se integra de manera fluida en la narración, sin recurrir a monólogos internos extensos o explícitos.
El autor emplea la técnica del narrador omnisciente limitado, centrado principalmente en la perspectiva de B. Aunque el narrador tiene acceso a los pensamientos y sentimientos de B, mantiene una cierta distancia emocional, presentando los hechos sin emitir juicios explícitos. Esta técnica permite a Bolaño explorar la subjetividad de la percepción y la naturaleza poco fiable de la memoria, dejando espacio para la ambigüedad y múltiples interpretaciones.
La repetición es otra técnica destacada en el relato. El motivo de las llamadas telefónicas se repite a lo largo de la historia, convirtiéndose en un símbolo potente de la comunicación fallida y la distancia emocional entre los personajes. Esta repetición crea un ritmo particular en la narración y refuerza la sensación de circularidad y estancamiento en la vida de B.
Bolaño también emplea la técnica del suspense psicológico, manteniendo al lector en un estado de tensión constante. La incertidumbre sobre la naturaleza exacta de la relación entre B y X, así como el misterio en torno al asesinato de X, crean una atmósfera de inquietud que se mantiene hasta el final del relato.
El uso de la elipsis es otra característica notable del estilo de Bolaño. El autor omite deliberadamente ciertos detalles y explicaciones, dejando vacíos que el lector debe llenar con su propia imaginación. Esta técnica no solo aumenta la participación activa del lector en la construcción del significado, sino que también refleja la naturaleza fragmentada y a menudo incomprensible de la realidad.
Finalmente, Bolaño incorpora elementos de realismo mágico de manera sutil, principalmente a través de los sueños de B. Estos momentos oníricos proporcionan un contrapunto surrealista a la narrativa realista, sugiriendo significados más profundos y permitiendo una exploración más libre de los estados psicológicos de los personajes.
Conclusiones y comentario general sobre Llamadas telefónicas de Roberto Bolaño
«Llamadas telefónicas» es un cuento que, a través de su aparente sencillez, nos sumerge en la complejidad de las relaciones humanas y las profundidades de la psique. La historia que Bolaño presenta es, en la superficie, una narración de amor fallido y obsesión, pero se convierte en un reflejo más amplio de la soledad y la búsqueda desesperada de conexión en un mundo que parece resistirse al significado. La frialdad del estilo narrativo, junto con los silencios y las pausas en los diálogos, enfatiza la distancia emocional y la incomunicación que definen la relación entre B y X, y por extensión, muchas relaciones humanas.
El cuento opera en múltiples niveles. Por un lado, está la historia literal de un hombre que intenta revivir un amor pasado y termina enfrentándose a la muerte de su objeto de deseo. Por otro, existe una capa simbólica y metafórica que nos habla de la imposibilidad de comprender completamente al otro y de la inevitabilidad del desencuentro. La decisión de Bolaño de no ofrecer explicaciones claras o resoluciones definitivas nos obliga a enfrentar la ambigüedad y la falta de sentido inherentes a la experiencia humana. Esta ambigüedad es uno de los aspectos más poderosos del cuento, ya que deja un espacio para que el lector reflexione sobre la naturaleza del amor, la obsesión y la desesperanza.
La frialdad con la que el narrador expone los hechos contrasta con la intensidad emocional que subyace en los personajes, especialmente en B. Esta disonancia crea una tensión que se mantiene a lo largo de la narración, subrayando la idea de que los sentimientos más profundos a menudo quedan ocultos detrás de la superficie de las palabras y las acciones. El título mismo, «Llamadas telefónicas,» sugiere un intento de comunicación que nunca se concreta del todo, un eco de las voces que intentan alcanzarse a través de la distancia, pero que solo logran resaltar su propia soledad.
En su esencia, el cuento es un estudio sobre el fracaso de las relaciones humanas y el peso de la memoria y el deseo. La historia de B y X, aunque particular en sus detalles, tiene un carácter universal que resuena con cualquiera que haya experimentado el anhelo y la frustración de un amor que no puede ser. Bolaño nos presenta un mundo donde las conexiones son efímeras y donde el intento de aferrarse al pasado solo conduce a una mayor sensación de pérdida.
En términos de valoración, «Llamadas telefónicas» destaca por su capacidad de condensar en un relato breve una gran carga emocional y temática. Roberto Bolaño demuestra su maestría al crear una narrativa que, sin grandes artificios, explora las profundidades del alma humana. Es un cuento que se queda con el lector, invitándolo a pensar y repensar las complejidades del amor y la inevitabilidad del desencuentro. A través de su prosa contenida y su estructura fragmentada, Bolaño logra transmitir una verdad esencial sobre la condición humana: que a veces, en nuestra búsqueda de sentido y conexión, solo encontramos un reflejo de nuestra propia soledad.
Guía de lectura: ¿Para qué edades sería recomendado el cuento Llamadas telefónicas?
«Llamadas telefónicas» de Roberto Bolaño es un cuento que, debido a la complejidad de sus temas y su estilo narrativo, está más orientado a un público adulto o a lectores jóvenes con un nivel de madurez considerable. Los temas principales que aborda el cuento, como el amor obsesivo, la incomunicación, la depresión y la muerte, requieren una comprensión emocional y psicológica que generalmente se desarrolla con la experiencia y la edad. Los lectores adolescentes mayores, a partir de los 16 o 17 años, podrían también apreciar la profundidad del relato si tienen interés en explorar la literatura que aborda las complejidades de las relaciones humanas y las emociones más oscuras.
La forma en que Bolaño trata las emociones de los personajes y la ambigüedad de las situaciones narradas exige una capacidad de análisis e interpretación que suele ser más accesible para lectores con cierto bagaje literario. La narrativa de Bolaño es conocida por su tono sobrio y distante, así como por la falta de resoluciones claras, lo que podría resultar difícil de asimilar para lectores más jóvenes o aquellos que prefieren historias con finales cerrados y explicaciones explícitas. Además, la falta de acción convencional y el énfasis en los estados psicológicos y emocionales de los personajes pueden ser desafiantes para lectores que no están acostumbrados a este tipo de literatura.
Por otro lado, el cuento contiene elementos que pueden resultar perturbadores, como el tema del suicidio, la obsesión y el asesinato. Estas son cuestiones delicadas que requieren un nivel de madurez emocional para ser comprendidas y procesadas adecuadamente. Los lectores más jóvenes podrían no tener la experiencia necesaria para contextualizar y reflexionar sobre estos aspectos de manera adecuada. Por esta razón, es recomendable que el cuento sea leído por adultos jóvenes y adultos que estén preparados para abordar la oscuridad y complejidad inherente en la narrativa de Bolaño.