«El mono», un escalofriante relato corto de Stephen King, fue publicado por primera vez en la revista Gallery en 1980 e incluido posteriormente en Skeleton Crew. Cuenta la historia de Hal Shelburn, un hombre perseguido por un siniestro mono de juguete de su infancia. Con su inquietante sonrisa y sus címbalos de latón, el mono parece traer la muerte consigo. Cuando reaparece años después, la tranquila vida de Hal con su familia da un vuelco. A medida que resurgen viejos recuerdos, debe enfrentarse a la oscura conexión entre el juguete y una serie de trágicos acontecimientos.

Advertencia
El resumen y análisis que ofrecemos a continuación es sólo una semblanza y una de las múltiples lecturas posibles que ofrece el texto. De ningún modo pretende sustituir la experiencia de leer la obra en su integridad.
Resumen de El mono de Stephen King
En «El mono», cuento de Stephen King, Hal Shelburn, un hombre con una vida apacible, regresa con su esposa, Terry, y sus dos hijos, Dennis y Petey, a la vieja casa familiar. Mientras inspeccionan el ático, Dennis encuentra un juguete olvidado: un mono de cuerda con platillos de latón, que evoca en Hal una sensación de profundo horror. Este juguete no es solo un recuerdo de la infancia, sino un vínculo con una serie de eventos traumáticos que marcaron la vida de Hal, quien desde niño advirtió que este juguete, aparentemente inofensivo, parecía desencadenar tragedias cada vez que hacía sonar sus platillos.
Hal recuerda cómo descubrió aquel juguete por primera vez en un trastero de su casa de Hartford, dentro de una caja vieja: un mono de cuerda que sonríe mostrando dientes brillantes y que, al girar su llave, golpea unos platillos de latón. A pesar de estar roto, Hal lo llevó a su cuarto y una noche, llenando la oscuridad con el eco de sus platillos, escuchó con sorpresa cómo se accionaba su mecanismo. Poco después, la niñera de Hal, Beulah, murió de forma violenta en un incidente relacionado con un altercado doméstico. Hal relacionó esta muerte con el mono golpeando sus platillos de forma inexplicable, lo que despertó sus temores. Pero no fue el único suceso que lo marcó.
Un verano, mientras jugaba con su mejor amigo, Johnny McCabe, ocurrió otra tragedia. Johnny cayó desde una casa en el árbol y murió al romperse el cuello. Hal, que todavía era un niño, también asoció esta muerte con el mono, cuyos platillos habían sonado nuevamente esa misma tarde. El pánico creció cuando, días después, el juguete volvió a accionarse y la perra de la familia, Daisy, murió repentinamente de una hemorragia inexplicable. Aunque estas muertes parecían solo fruto de la coincidencia, llevaron a Hal a intentar deshacerse del mono. En un acto desesperado, arrojó el juguete al fondo de un pozo de la propiedad de su tío Will. Sin embargo, su alivio fue breve, ya que el mono reapareció poco tiempo después. Hal entendió que no podría deshacerse de él tan fácilmente.
Las muertes continuaron, incluida la de su madre, que sufrió un derrame cerebral inesperado mientras estaba en el trabajo. Convencido de que el mono era una maldición, Hal intentó liberarse de él varias veces, incluso entregándolo a un recolector de basura junto con otros objetos viejos, pero siempre regresaba.
Ya de adulto, Hal intenta dejar atrás esos oscuros recuerdos. Sin embargo, la reaparición del mono en la buhardilla de la casa familiar lo sumerge en todo el terror del pasado. Hal comprende que esta vez el juguete no solo supone una amenaza para él, sino también para su familia, especialmente para sus hijos, Dennis y Petey. Decidido a terminar con la maldición, Hal idea un plan: arrojar el juguete a Crystal Lake, un profundo lago que recuerda de su infancia.
Hal coloca al mono en una bolsa de viaje, la llena de piedras pesadas y se dirige con Petey al lago. Mientras su hijo lo espera en la orilla, rema hacia el centro, pero el ambiente parece volverse sobrenaturalmente hostil. Las olas crecen, el viento se intensifica y las tablas de la barca comienzan a agrietarse como si alguien intentara detenerlo. Hal escucha los platillos dentro de la bolsa y comprende que el mono no se rendirá fácilmente. Finalmente, logra arrojar la bolsa al agua. Por un instante, mientras observa la bolsa hundirse, tiene una visión perturbadora de lo que yace en el fondo del lago: figuras familiares atrapadas en la oscuridad, como si el mono las hubiera reclamado.
En su lucha por regresar a la orilla, la barca se hunde casi por completo, por lo que Hal debe nadar hasta tierra firme. Exhausto, pero aliviado, se reúne con Petey, quien lo recibe entre lágrimas y risas nerviosas. Hal le asegura a su hijo que el mono ha desaparecido para siempre, aunque en el fondo alberga dudas.
La historia finaliza con la noticia de la aparición de un extraño fenómeno en Crystal Lake: cientos de peces muertos son hallados flotando cerca del lugar donde Hal lanzó la bolsa al agua. Este detalle sugiere que el mal asociado al mono podría no haberse extinguido por completo, dejando abierta la posibilidad de que siga causando tragedias.
Personajes de El mono de Stephen King
Hal Shelburn es el protagonista y eje central del cuento. Es un hombre atormentado por los recuerdos de su infancia, marcada por la presencia del mono maldito y las tragedias que le acompañaron. Hal es un personaje complejo, definido por una mezcla de culpa y determinación. Desde niño, su vida estuvo marcada por la asociación entre el sonido de los platillos del mono y las muertes que parecían seguirle. Esta conexión ha dejado cicatrices profundas en su mente, moldeando su carácter y sus decisiones en la edad adulta. Como padre, Hal lucha con sentimientos encontrados hacia sus hijos: muestra un amor protector y sincero hacia Petey, pero su relación con Dennis es más tensa, llena de frustraciones y resentimientos derivados de su propia inseguridad como figura paterna. Su determinación de destruir el mono de una vez por todas refleja su desesperación por proteger a su familia y liberarse del peso psicológico que lo ha atormentado durante décadas. Hal es, en esencia, un hombre atrapado entre el pasado y el presente, en busca de redención ante un mal que parece invencible.
Aunque técnicamente no es un personaje humano, el mono es, sin duda, el antagonista principal del relato. Este juguete mecánico, con su sonrisa inmutable y sus ojos de cristal, funciona como símbolo del mal ineludible y la muerte. Más que un objeto, el mono parece cobrar vida en momentos cruciales para anunciar tragedias a través del sonido de sus platillos. Su influencia malévola y su capacidad para regresar una y otra vez, pese a los intentos de Hal por deshacerse de él, lo convierten en una presencia inquietante y casi omnipresente en la historia. El mono encarna la idea de que algunos males son imposibles de erradicar por completo y su papel como catalizador de las muertes en la vida de Hal subraya la idea de la impotencia frente a fuerzas más grandes y desconocidas.
Petey Shelburn, el hijo menor de Hal, representa la inocencia y la conexión emocional que el protagonista logra mantener con su familia. Petey es un niño perceptivo y sensible, capaz de intuir el peligro inherente al mono incluso sin comprender completamente su historia. A lo largo del relato, su relación con Hal destaca por ser la más cercana y afectuosa. Petey confía en su padre y lo apoya, incluso cuando las acciones de Hal le resultan extrañas o aterradoras. Su actitud hacia el mono, marcada por el miedo y la repulsión, refleja la inquietante influencia que el juguete ejerce incluso sobre aquellos que no conocen su historia. Petey se convierte en una motivación crucial para Hal, quien desea protegerlo a toda costa del mal que percibe en el mono, un mal que ya ha destrozado demasiadas vidas.
Dennis Shelburn, el hijo mayor de Hal, es un personaje más distante y complicado en su relación con su padre. Como adolescente en proceso de afirmación personal, Dennis está atrapado en un conflicto generacional y emocional con Hal, quien siente que está perdiendo la conexión con su hijo mayor. Dennis representa los desafíos de la paternidad para Hal, exacerbados por la crisis emocional que atraviesa a causa del regreso del mono. Aunque no desempeña un papel central en la trama, su actitud desafiante y su relación tensa con Hal contrastan con la conexión más sencilla y natural que el protagonista tiene con Petey. Dennis encarna las preocupaciones cotidianas de Hal, desde el consumo de drogas hasta la falta de respeto, problemas que parecen triviales en comparación con la amenaza sobrenatural del mono, pero que contribuyen al estado de agotamiento emocional del protagonista.
Terry Shelburn, la esposa de Hal, es un personaje que, aunque no está directamente implicado en los eventos relacionados con el mono, desempeña un papel significativo al reflejar la tensión emocional en el núcleo familiar. Terry es una mujer que lucha con sus propios problemas, como el uso frecuente de sedantes para lidiar con el estrés de la vida familiar y la situación económica. A lo largo del relato, su relación con Hal parece marcada por la distancia y la incomunicación, elementos que intensifican el aislamiento del protagonista. Aunque Terry no comprende plenamente la conexión de su esposo con el mono, su preocupación por su comportamiento añade realismo a la narrativa y nos recuerda que los horrores sobrenaturales del cuento tienen un impacto en las relaciones humanas y cotidianas.
Los personajes secundarios incluyen figuras del pasado de Hal, como su tío Will y su tía Ida, quienes representan una mezcla de apoyo familiar y conexión con el origen del mal que persigue al protagonista. El tío Will, en particular, desempeña un papel importante en los recuerdos de Hal, ya que fue un modelo paternal y alguien que lo introdujo en el entorno donde se desató la influencia del mono. Aunque estos personajes no están presentes en los acontecimientos actuales de la trama, su impacto en la vida de Hal es evidente, especialmente en la forma en que los asocia con los eventos traumáticos de su infancia.
Análisis de El mono de Stephen King
«El mono» de Stephen King es un relato que combina elementos del terror psicológico con un profundo análisis de la culpa, el miedo y la conexión entre lo cotidiano y lo sobrenatural.
La historia gira en torno a un mono mecánico, un juguete aparentemente inofensivo, pero cargado de una maldad inexplicable que parece provocar tragedias cada vez que hace sonar sus platillos. Este objeto, que en otras circunstancias podría considerarse un símbolo de infancia o nostalgia, se convierte aquí en una metáfora del miedo y el destino. El mono representa lo inevitable, aquello a lo que uno intenta ignorar o rechazar, pero que regresa una y otra vez. Es importante señalar que el mono no actúa de manera directa, sino que su presencia siempre precede a una tragedia. Esta ambigüedad lo hace aún más aterrador, ya que nunca se explica completamente cómo funciona su maldición ni por qué existe. Esto deja al lector con la sensación de que el mal no necesita una lógica, simplemente está ahí.
El protagonista, Hal Shelburn, es el centro emocional de la historia. A través de sus recuerdos, entendemos que el mono lo ha perseguido desde su niñez, vinculándolo con la muerte de personas cercanas. Hal carga con un sentimiento de culpa constante, creyendo que de alguna manera es responsable de estas tragedias simplemente por tener el juguete. Esta culpa lo consume y lo aísla, lo que refleja un tema recurrente en el cuento: la lucha interna entre el deseo de proteger a los seres queridos y la impotencia frente a fuerzas fuera de su control.
El ambiente del cuento influye en su tono. La casa antigua, el lago profundo y la buhardilla evocan una sensación de aislamiento y peligro. La narrativa aprovecha estos espacios para intensificar el terror psicológico. El pozo donde Hal intentó deshacerse del mono durante su infancia y el lago al que lo lleva en el presente son símbolos de profundidades insondables, tanto físicas como emocionales. Estos lugares simbolizan los intentos de Hal por superar su miedo y su pasado, aunque la historia muestra que estos esfuerzos son inútiles. El mono siempre encuentra el camino de regreso, lo que subraya la idea de lo ineludible.
En cuanto al mensaje del cuento, se puede interpretar como una reflexión sobre cómo enfrentamos nuestros temores y culpas. Hal dedica gran parte de su vida a intentar escapar del mono, pero solo encuentra paz cuando decide enfrentarlo directamente. Este acto final, en el que arroja el juguete al lago, simboliza su lucha por tomar el control de su vida y proteger a su familia. Sin embargo, el cuento deja la puerta abierta para que el mal del mono persista, lo que añade un elemento de incertidumbre. Esto puede interpretarse como una advertencia de que no siempre podemos erradicar por completo los problemas o miedos que nos atormentan, pero podemos aprender a enfrentarlos con valentía.
Otro detalle interesante es cómo King utiliza el mono como una representación física del mal. A diferencia de otros cuentos, donde el villano es una persona o criatura que actúa directamente, aquí el mal es pasivo, pero implacable. Esto lo hace más perturbador porque obliga a los personajes y al lector a reflexionar sobre su propia relación con el destino y la tragedia. La historia sugiere que el mal no siempre tiene una causa clara ni puede ser racionalizado o controlado, lo que refuerza el tono inquietante y desasosegante.
Finalmente, es importante señalar que El mono no solo trata sobre miedo o tragedia, sino también sobre redención y sacrificio. Hal toma una decisión valiente al final del relato: enfrentarse a su mayor terror para proteger a su familia. Aunque el destino del mono queda ambiguo, el acto de Hal demuestra que, incluso en las situaciones más aterradoras, es posible encontrar la fuerza para luchar por quienes amamos. Este aspecto convierte la historia en algo más que un simple relato de terror, ya que también es una exploración del coraje humano frente a lo incomprensible.
