Sinopsis: Cumbres Borrascosas (Wuthering Heights), escrita por Emily Brontë y publicada en 1847, es una apasionante novela que explora las fuerzas destructivas del amor y la venganza. Ambientada en los páramos de Yorkshire, sigue la tumultuosa relación entre Heathcliff, un niño adoptado de origen desconocido, y Catherine Earnshaw, su amor imposible. A través de una narración que abarca generaciones, la historia revela los conflictos y pasiones que unen y dividen a las familias Earnshaw y Linton. Con una atmósfera oscura y personajes intensamente complejos, la obra aborda temas como la obsesión, el poder y las profundas cicatrices que dejan los vínculos humanos. Una historia de emociones desbordantes en un paisaje tan agreste como sus protagonistas.

Emily Brontë - Cumbres Borrascosas. Resumen y análisis edit

Advertencia

El resumen y análisis que ofrecemos a continuación es sólo una semblanza y una de las múltiples lecturas posibles que ofrece el texto. De ningún modo pretende sustituir la experiencia de leer la obra en su integridad.

Argumento de Cumbres Borrascosas:

Cumbres Borrascosas, novela publicada en 1847 por Emily Brontë, es una obra que se adentra en las profundidades de las pasiones humanas a través de una narrativa compleja y emotiva. La historia se desarrolla en dos fincas, Wuthering Heights y Thrushcross Grange, situadas en las brumosas landas de Yorkshire, Inglaterra.

La novela comienza en 1801, cuando el señor Lockwood, un caballero que alquila Thrushcross Grange, visita a su arrendador, Heathcliff, en Wuthering Heights. Intrigado por la hosca y melancólica atmósfera de la casa y sus habitantes, Lockwood le pide a su ama de llaves, Nelly Dean, que le cuente la historia de Heathcliff y la finca.

Nelly le relata cómo el viejo Sr. Earnshaw, padre de Hindley y Catherine, trajo a Heathcliff, un niño vagabundo, a Cumbres Borrascosas. Heathcliff y Catherine establecen un vínculo inquebrantable, mientras que Hindley siente desprecio hacia él. Tras la muerte del Sr. Earnshaw, Hindley hereda la propiedad y reduce a Heathcliff a la condición de sirviente, intensificando su amargura.

Catherine, por su parte, se enamora de Heathcliff, pero decide casarse con Edgar Linton, un hombre de clase alta y buenos modales, creyendo que esto mejorará su posición social y ayudará a Heathcliff. Heathcliff, desolado y furioso, abandona la casa.

Heathcliff regresa años después, ya rico y con sed de venganza. Compra las hipotecas de Wuthering Heights y se casa con Isabella, la hermana de Edgar Linton, para humillar a Catherine. La relación entre Catherine y Heathcliff sigue siendo intensamente apasionada y destructiva, y culmina con la muerte de Catherine tras dar a luz a Cathy, la hija de Edgar.

La venganza de Heathcliff se extiende a la siguiente generación. Tras la muerte de Isabella, Heathcliff usa a su hijo Linton para asegurarse Thrushcross Grange, al casarlo con la joven Cathy. Por su parte, Hindley muere y deja a su hijo Hareton en manos de Heathcliff, quien lo despoja de educación y herencia.

El odio y la venganza de Heathcliff comienzan a disminuir cuando observa la creciente afinidad entre Cathy y Hareton, que es un reflejo de su propio amor perdido por Catherine. En sus últimos días, Heathcliff se vuelve obsesivo con el recuerdo de Catherine, pierde interés en sus planes de venganza y finalmente muere.

La historia concluye con una nota de redención y esperanza. Cathy y Hareton, liberados de la tiranía de Heathcliff, planean casarse y restaurar la armonía en Cumbres Borrascosas y Thrushcross Grange. La novela termina con la muerte de Heathcliff y la insinuación de que él y Catherine estarán juntos en la muerte, como no pudieron estarlo en vida.

Resumen por capítulos de Cumbres Borrascosas

CAPÍTULO I

El capítulo I de Cumbres Borrascosas establece la atmósfera del relato y presenta a dos personajes centrales: el narrador, el Sr. Lockwood, y el misterioso Heathcliff, propietario de la finca Wuthering Heights.

La historia comienza en 1801, cuando el Lockwood, quien ha alquilado Thrushcross Grange, decide visitar a su casero, Heathcliff, en su solitaria propiedad. Lockwood describe el paisaje como inhóspito y desolado, ideal para un misántropo. Al llegar a Wuthering Heights, Lockwood se encuentra con un ambiente hostil: Heathcliff, de aspecto moreno y reservado, lo recibe con una mezcla de desdén y curiosidad. Lockwood percibe a Heathcliff como un hombre enigmático, marcado por una actitud distante y una aversión hacia las expresiones de emoción o amabilidad.

La casa, descrita con detalle, refleja el carácter de su dueño. Se trata de una construcción sólida y antigua, expuesta a las inclemencias del tiempo. Su interior, austero y funcional, combina elementos rústicos y curiosidades, como armas antiguas y una gran colección de platos de peltre. Lockwood también percibe las huellas del paso de los años en la arquitectura y en los objetos decorativos.

Durante su visita, Lockwood experimenta un incidente desagradable con los perros de Heathcliff, que lo atacan cuando intenta acariciar a uno de ellos. El caos generado por los animales solo se detiene cuando una robusta ama de llaves interviene con autoridad. Heathcliff, aunque algo indiferente al incidente, ofrece a Lockwood un vaso de vino como gesto de reconciliación. La breve interacción que sigue muestra a Heathcliff como un hombre perspicaz y de pocas palabras, con un humor oscuro que resulta intrigante para Lockwood.

A pesar de la incomodidad inicial, Lockwood decide regresar a Wuthering Heights al día siguiente, impulsado por una curiosidad inexplicable hacia su casero y el ambiente peculiar que rodea la finca. El capítulo concluye con un retrato vívido del aislamiento y la hostilidad que caracterizan tanto la casa como sus habitantes, y establece el tono para los acontecimientos futuros.

CAPÍTULO II

En el segundo capítulo, el Sr. Lockwood decide realizar una segunda visita a Wuthering Heights, impulsado por su curiosidad hacia Heathcliff y su entorno. A pesar del frío clima y de la amenaza de una tormenta de nieve, emprende el camino hacia la aislada finca. Al llegar, se encuentra con el portón cerrado y no logra entrar de inmediato. Tras persistir, finalmente es escoltado al interior por un joven rudo y mal vestido, que lo guía a la sala principal.

Una vez dentro, Lockwood se encuentra con una atmósfera extraña y poco acogedora. Una joven hermosa, a quien confunde inicialmente con la esposa de Heathcliff, se muestra fría y distante. Su tono y sus gestos reflejan desprecio e indiferencia hacia el visitante. Lockwood intenta iniciar una conversación, pero sus intentos resultan infructuosos y aumentan la tensión. Al mismo tiempo, el joven que lo había recibido, identificado como Hareton Earnshaw, adopta una actitud hostil y desafiante.

Finalmente, aparece Heathcliff y la situación se torna aún más tensa. Lockwood descubre que la joven es la nuera de Heathcliff y que su esposo, el hijo de Heathcliff, ha muerto. La relación entre los habitantes de la casa es marcadamente antagónica: Heathcliff, Hareton y la joven intercambian comentarios despectivos, lo que pone de manifiesto dinámicas familiares enrarecidas y una profunda falta de afecto entre ellos.

La tormenta de nieve empeora y Lockwood se da cuenta de que no podrá regresar a Thrushcross Grange esa noche. Solicita alojamiento o un guía que lo oriente, pero Heathcliff lo rechaza rotundamente. Finalmente, tras una serie de incidentes humillantes, incluyendo un ataque de los perros de la casa y el sarcasmo de sus anfitriones, Lockwood sufre un ataque de ira que termina con una hemorragia nasal. La situación se calma cuando Zillah, la ama de llaves, interviene y le ofrece cuidados básicos y un lugar donde pasar la noche.

Este capítulo intensifica la sensación de hostilidad y aislamiento en Wuthering Heights, mostrando no solo la rudeza de Heathcliff, sino también las tensas y conflictivas relaciones entre los habitantes de la casa. Lockwood, molesto y desconcertado, se ve obligado a aceptar su situación y quedarse en la finca hasta el día siguiente.

CAPÍTULO III

En el capítulo III, el Sr. Lockwood pasa la noche en Wuthering Heights en una habitación que, según le advierte Zillah, no suele usarse y que Heathcliff prefiere mantener cerrada. Intrigado, pero cansado, Lockwood se acuesta en una cama estilo armario antiguo. Allí encuentra libros que pertenecieron a Catherine Earnshaw y observa con fascinación su nombre escrito repetidamente junto con las variaciones Catherine Heathcliff y Catherine Linton. Los libros, llenos de anotaciones, revelan fragmentos de la vida de Catherine y sus tensas relaciones familiares, incluida la forma en que su hermano Hindley maltrataba a Heathcliff.

Lockwood cae en un sueño inquieto que se convierte en una pesadilla: asiste a un interminable sermón de un predicador llamado Jabez Branderham, lleno de reproches y culpas. La sensación opresiva del sueño lo lleva a despertar bruscamente, solo para encontrarse con un terror aún mayor: al intentar cerrar la ventana debido al ruido de una rama, entra en contacto con una forma fría y fantasmal que se identifica como Catherine Linton. La figura, con tono lastimero, pide ser admitida en la casa y afirma haber vagado durante veinte años. Desesperado, Lockwood intenta deshacerse de ella, pero su miedo y rechazo solo intensifican el lamento de la aparición.

Su grito de terror despierta a Heathcliff, quien irrumpe en la habitación alterado. Lockwood, aún aturdido, le relata su pesadilla, lo que provoca una fuerte reacción emocional en Heathcliff. Desesperado, abre la ventana y llama angustiado al espíritu de Catherine, implorándole que entre. Este momento revela la profundidad del calvario interior de Heathcliff, quien queda sumido en una agonía evidente.

Al amanecer, Lockwood, incómodo y con ganas de marcharse, decide irse de Wuthering Heights. Heathcliff lo acompaña hasta Thrushcross Grange y lo guía a través de un paisaje cubierto de nieve que dificulta el viaje. Lockwood, exhausto y conmocionado por la experiencia, llega finalmente a su casa, donde reflexiona sobre los extraños acontecimientos y el ambiente hostil y enigmático de Wuthering Heights.

Este capítulo no solo profundiza en los misterios que rodean la casa y sus habitantes, sino que también introduce el doloroso vínculo entre Heathcliff y Catherine, que será central en el desarrollo de la historia.

CAPÍTULO IV

En el capítulo IV, el Sr. Lockwood, tras sus inquietantes experiencias en Wuthering Heights, decide aliviar su soledad buscando conversación con la ama de llaves, Nelly Dean, quien ha vivido mucho tiempo en la región. Durante la cena, Nelly comienza a relatar la compleja historia de los habitantes de Wuthering Heights y Thrushcross Grange, empezando por el momento en que Heathcliff llegó por primera vez a Wuthering Heights.

La narración de Nelly retrocede en el tiempo para presentar a la familia Earnshaw, compuesta por el viejo Sr. Earnshaw, su esposa, y sus dos hijos, Hindley y Catherine. Una tarde, el Sr. Earnshaw partió hacia Liverpool y, al regresar, sorprendió a su familia trayendo consigo a un niño huérfano y desaliñado que había encontrado abandonado en las calles. Aunque los miembros de la familia rechazaron inicialmente al extraño, el Sr. Earnshaw decidió adoptarlo y lo bautizó como Heathcliff, en honor a un hijo suyo que había fallecido.

Desde el principio, Heathcliff despertó emociones encontradas en la familia. Hindley, el hijo mayor, lo vio como un intruso y desarrolló un profundo resentimiento hacia él, mientras que Catherine, aunque inicialmente hostil, formó una conexión cercana con Heathcliff. Por su parte, Heathcliff mostró una actitud reservada y estoica, soportando los abusos de Hindley sin quejarse ni llorar, lo que aumentó la irritación de su agresor.

Con el tiempo, el Sr. Earnshaw comenzó a mostrar un favoritismo evidente hacia Heathcliff, lo que aumentó la tensión familiar. Este trato preferencial despertó los celos y la amargura de Hindley, quien sentía que Heathcliff le estaba usurpando el lugar en el afecto de su padre. A pesar de esto, Heathcliff supo aprovechar su posición en la casa con astucia, aprovechándose del ascendiente que tenía sobre el anciano Earnshaw. Catherine, por otro lado, se unió a Heathcliff en sus travesuras y desarrolló con él un vínculo único y complejo.

La dinámica de la familia Earnshaw se volvió más tensa tras la muerte de la Sra. Earnshaw. Hindley, lleno de resentimiento, continuó hostigando a Heathcliff, quien se mantuvo imperturbable y calculador. A pesar de los constantes conflictos, Heathcliff siempre encontraba la manera de salirse con la suya, demostrando una notable capacidad para enfrentarse a los retos y preservar su posición en el hogar.

Este capítulo sienta las bases para comprender las raíces de los conflictos que definirán el desarrollo de la historia y revela las primeras interacciones entre los personajes y las emociones contradictorias que los unen y los separan. La llegada de Heathcliff alteró la dinámica familiar y sembró las semillas de la rivalidad y el amor que marcarán la trama de la novela.

CAPÍTULO V

En el capítulo V, el estado de salud del Sr. Earnshaw empieza a deteriorarse rápidamente. Antes era un hombre activo y enérgico, pero se vuelve irritable y paranoico, especialmente con respecto a Heathcliff, su protegido. La idea de que los demás pudieran despreciar o maltratar a Heathcliff lo consume, lo que exacerba las tensiones en la casa. Este favoritismo hacia Heathcliff provoca una mayor animosidad entre el anciano y su hijo Hindley, quien se siente profundamente perjudicado por el lugar que el huérfano ha ocupado en la familia.

Hindley es enviado al colegio, una decisión sugerida por el vicario de la parroquia, lo que proporciona un breve respiro en las disputas familiares. Sin embargo, otros elementos continúan perturbando la paz en el hogar. Catherine, con su naturaleza vivaz y traviesa, irrita constantemente a su padre. A pesar de sus frecuentes conflictos, Catherine y Heathcliff permanecen inseparables, lo que provoca reprimendas constantes hacia ambos. Por otro lado, Joseph, el devoto y severo sirviente, utiliza la religión para criticar a Catherine y ganarse la confianza del Sr. Earnshaw, lo que contribuye a acrecentar su malestar.

La relación entre el Sr. Earnshaw y Catherine se deteriora debido a la incomprensión mutua. Catherine no entiende por qué su padre es más estricto y menos paciente en su vejez, y sus actitudes rebeldes lo exasperan. Sin embargo, momentos de ternura revelan el afecto latente entre ambos, como cuando Catherine intenta calmar a su padre cantándole suavemente mientras descansa en su silla junto al fuego.

Finalmente, la vida del Sr. Earnshaw llega a su fin una noche de octubre. Mientras se halla rodeado de su familia, con Catherine apoyada contra su rodilla y Heathcliff acostado a sus pies, fallece tranquilamente en su silla. Joseph interrumpe el momento para intentar despertarlo para las oraciones, pero pronto se dan cuenta de que el anciano ha muerto. Catherine y Heathcliff reaccionan con un llanto desgarrador, expresando su dolor de forma inocente y sincera. Mientras tanto, Nelly se ve obligada a salir corriendo bajo la tormenta para buscar al médico y al párroco, aunque es consciente de que ya no pueden hacer nada.

El capítulo concluye con una escena conmovedora en la que Catherine y Heathcliff, aún niños, encuentran consuelo el uno en el otro al hablar de un paraíso donde podrían reunirse con el difunto Sr. Earnshaw. Este momento destaca la vulnerabilidad de los dos jóvenes, que se enfrentan a la pérdida de la única figura paterna que les brindó apoyo y protección, y presagia las dificultades que enfrentarán bajo el dominio de Hindley, ahora el nuevo amo de Wuthering Heights.

CAPÍTULO VI

En el capítulo VI, Hindley Earnshaw regresa a casa tras la muerte de su padre y trae consigo a una esposa, lo que causa sorpresa y suscita especulaciones entre los vecinos. Su esposa, una mujer joven y aparentemente frágil, muestra una mezcla de alegría infantil y una sensibilidad extrema que se manifiesta en temores irracionales y episodios de histeria. Aunque inicialmente se adapta con entusiasmo a su nuevo hogar, pronto se revela que no tiene la fortaleza necesaria para afrontar las tensiones de Wuthering Heights.

Hindley, ahora como amo de la casa, muestra un cambio radical en su carácter. Su resentimiento acumulado durante años hacia Heathcliff se transforma en una abierta hostilidad. Con el respaldo de su autoridad, lo relega a una posición de servidumbre, obligándolo a realizar trabajos duros y lo priva de educación formal. Catherine, sin embargo, se mantiene leal a Heathcliff, compartiendo tiempo con él en los campos y enseñándole lo que ella misma aprende.

Una noche, por hacer ruido, castigan a Catherine y a Heathcliff y les prohíben entrar en el salón. Deciden huir hacia los páramos y, durante su escapada, llegan a Thrushcross Grange, la residencia de los Linton. Desde una ventana, observan el lujo y la comodidad de la casa, donde Edgar e Isabella Linton, los hijos de los propietarios, protagonizan una pelea infantil. Catherine y Heathcliff se burlan de ellos, pero su presencia es descubierta. Mientras intentaban huir, Catherine fue atacada por el perro guardián de los Linton, que le causó una mordedura en el pie.

Los Linton rescatan a Catherine y la llevan al interior de la casa para atenderla, mientras expulsan a Heathcliff con brusquedad y lo acusan de ser un vagabundo peligroso. Desde fuera, Heathcliff observa cómo los Linton tratan a Catherine con amabilidad y cuidado, lo que refuerza su resentimiento hacia ellos y su sensación de inferioridad en comparación con su amiga.

Cuando Catherine regresa a Wuthering Heights, Hindley está furioso por su imprudencia. Al día siguiente, los Linton visitan la casa para reprender a Hindley por su descuido en la crianza de Catherine. Este incidente marca un punto de inflexión en las dinámicas familiares, ya que Hindley intensifica su control sobre Heathcliff y Catherine comienza a estrechar su relación con los Linton, lo que sembrará conflictos futuros en la historia.

CAPÍTULO VII

En el capítulo VII, Catherine regresa a Wuthering Heights después de pasar cinco semanas en Thrushcross Grange recuperándose de su lesión. Durante su estancia, se ha dejado influir por los Linton, quienes le han proporcionado ropa elegante y modales refinados, convirtiéndola de una niña salvaje en una joven de apariencia sofisticada. Su llegada a casa es celebrada por Hindley y su mujer, Frances, quienes elogian su nuevo aspecto, pero esta transformación crea una distancia entre Catherine y Heathcliff, que no ha experimentado ningún cambio positivo durante su ausencia.

Heathcliff, sucio y descuidado, se siente humillado y rechazado al compararse con Catherine, quien, aunque se alegra de verlo, no puede evitar comentar su apariencia desaliñada. Su reacción, una mezcla de orgullo herido y tristeza, hace que se replegue y que evite el contacto con los demás durante el resto del día. Este episodio muestra el creciente abismo entre los dos amigos, causado por las diferencias sociales y los cambios en las aspiraciones de Catherine.

En la víspera de Navidad, los Linton visitan Wuthering Heights. Edgar e Isabella son invitados a pasar la festividad allí, pero con la condición de que Heathcliff no esté presente. Hindley aprovecha esta situación para reforzar su autoridad y ordena que excluyan a Heathcliff de la reunión y lo envíen a su habitación. Heathcliff, sintiéndose marginado, se enfurece aún más cuando Edgar hace un comentario aparentemente inocente sobre su cabello, lo que lo lleva a lanzar un tazón de salsa caliente contra el joven Linton. Este acto de violencia provoca que Hindley lo castigue severamente.

Catherine, aunque intenta disfrutar de la compañía de los Linton, se siente profundamente perturbada por el trato que recibe Heathcliff. Más tarde, durante una fiesta de baile en la casa, Catherine encuentra la forma de visitar a Heathcliff en secreto, consolándolo y reafirmando su conexión emocional. Sin embargo, Heathcliff, lejos de calmarse, empieza a alimentar un resentimiento creciente hacia Hindley, prometiendo buscar venganza algún día.

El capítulo concluye mostrando la complejidad de las relaciones entre los personajes y la tensión entre las diferencias sociales, los sentimientos de pertenencia y el deseo de venganza, temas centrales en el desarrollo de la trama.

CAPÍTULO VIII

En el capítulo VIII se narran eventos que ponen de manifiesto el deterioro del ambiente en Wuthering Heights y los conflictos internos de los personajes. El capítulo comienza con el nacimiento de Hareton Earnshaw, el hijo de Hindley y Frances. Este acontecimiento se ve ensombrecido por la delicada salud de Frances, que padece tuberculosis. Aunque Hindley se niega a aceptar la gravedad de la enfermedad, Frances fallece poco tiempo después, dejando a Hindley devastado. Su dolor lo sumerge en la desesperación y la autodestrucción, comportándose de manera tiránica y abusiva con los trabajadores de la casa y con Heathcliff.

Con el tiempo, Heathcliff, ahora un adolescente, adopta una personalidad aún más hosca y vengativa debido al maltrato constante que recibe de Hindley. Catherine, por su parte, sigue siendo su compañera cercana, pero las diferencias entre ambos empiezan a hacerse más evidentes, especialmente después de que Catherine inicia una relación con Edgar Linton. Los cambios en el comportamiento de Catherine, que alterna su naturaleza libre y salvaje en casa con una actitud refinada y amable en compañía de los Linton, revelan una dualidad que refleja sus aspiraciones sociales y su conexión emocional con Heathcliff.

Un episodio importante ocurre cuando Edgar visita a Catherine en Wuthering Heights. Heathcliff, resentido y sintiéndose desplazado, expresa su descontento, lo que lleva a una discusión entre él y Catherine. La situación llega a su punto álgido cuando Catherine y Edgar se enfrentan, y ella lo abofetea en un arrebato de ira durante una discusión. Edgar intenta marcharse indignado, pero Catherine, entre lágrimas, logra retenerlo y ambos terminan reconciliándose. Este momento marca un hito en su relación y los convierte oficialmente en amantes.

CAPÍTULO IX

En el capítulo IX se desatan importantes acontecimientos que marcarán el destino de los personajes principales. La narradora, Nelly, comienza describiendo la creciente violencia y el desequilibrio de Hindley Earnshaw. En un arranque de ira, Hindley casi provoca un terrible accidente cuando Hareton, su hijo, cae por las escaleras. Por fortuna, Heathcliff, que se encontraba cerca, logra atraparlo en el último momento. Heathcliff recibe este acto heroico con una mezcla de frustración y desdicha, pues su acción fortuita obstaculiza su venganza contra Hindley.

Entretanto, Catherine Earnshaw revela un conflicto interno crucial. Le confiesa a Nelly que Edgar Linton le ha propuesto matrimonio y que lo ha aceptado. Reconoce que su motivación es más pragmática que emocional, ya que desea una vida cómoda y respetable. Sin embargo, Catherine también admite que ama profundamente a Heathcliff y lo describe como una extensión de su propia alma. Esta dualidad en sus sentimientos refleja su lucha entre su pasión por Heathcliff y su ambición de ascender socialmente a través del matrimonio con Edgar.

Heathcliff, que ha escuchado parte de esta confesión sin que Catherine se dé cuenta, se siente humillado al oírla decir que casarse con él sería degradante. Desolado, abandona Wuthering Heights esa misma noche sin avisar a nadie. Su repentina desaparición provoca una gran angustia en Catherine, quien pasa la noche buscándolo bajo la tormenta, sin éxito. Su desesperación la lleva a caer gravemente enferma, iniciando un período de fiebre y delirio.

Durante su convalecencia, la llevan a Thrushcross Grange para recuperarse, bajo el cuidado de la familia Linton. Este traslado marca el inicio de un distanciamiento entre Catherine y Heathcliff, así como el inicio de una nueva etapa en la vida de la joven, más vinculada al mundo refinado de los Linton. La desaparición de Heathcliff y las decisiones de Catherine sentarán las bases para los conflictos futuros, dejando claro que las elecciones de los personajes tienen consecuencias inevitables y trágicas.

CAPÍTULO X

En el capítulo X, el relato avanza tres años después de la partida de Heathcliff, durante los cuales Catherine Earnshaw se ha establecido como la esposa de Edgar Linton en Thrushcross Grange. La pareja parece haber encontrado cierta armonía en su vida matrimonial, con Edgar profundamente enamorado de Catherine y dispuesto a evitar cualquier conflicto que pudiera alterar su felicidad. Sin embargo, de vez en cuando resurgen las señales de la voluble naturaleza y el fuerte temperamento de Catherine, aunque su marido las maneja con paciencia.

La historia da un giro significativo con el inesperado regreso de Heathcliff. Su llegada es impactante, no solo por su transformación física y su porte refinado, sino también por las intensas emociones que provoca en Catherine. Cuando Nelly lo encuentra en la puerta, Heathcliff le ordena que avise a Catherine de su presencia. Catherine, al reconocerlo, reacciona con una mezcla de alegría desbordante y conmoción, abrazándolo con fervor frente a un Edgar cada vez más incómodo.

Heathcliff revela que se quedará en Wuthering Heights, donde Hindley Earnshaw lo ha recibido de manera sorprendentemente cordial y le ha permitido instalarse en la casa. Nelly sospecha que Heathcliff podría estar manipulando la situación para vengarse de Hindley, aprovechándose de su debilidad y propensión a los excesos.

Mientras tanto, Isabella Linton, la hermana pequeña de Edgar, comienza a mostrar una atracción evidente hacia Heathcliff, lo que inquieta profundamente a su hermano. Catherine, al darse cuenta de los sentimientos de Isabella, intenta desalentarlos, describiendo a Heathcliff como un hombre peligroso y cruel, incapaz de amar. Sin embargo, sus advertencias no logran frenar la fascinación de Isabella, quien se siente atraída por la figura enigmática y apasionada de Heathcliff.

El regreso de Heathcliff crea una tensión palpable en Thrushcross Grange. Aunque Edgar trata de mantener la calma, su malestar ante la presencia de Heathcliff es evidente, sobre todo cuando observa la conexión renovada entre él y Catherine. Por otro lado, Heathcliff parece disfrutar de la oportunidad de sembrar discordia y aprovecharse de las vulnerabilidades de quienes lo rodean.

CAPÍTULO XI

En el capítulo XI, el conflicto entre los personajes principales se intensifica, marcado por el deterioro de las relaciones familiares y la reaparición de comportamientos destructivos.

Nelly está preocupada por la creciente influencia de Heathcliff, que se ha convertido en una figura cada vez más amenazante para la estabilidad de Thrushcross Grange y Wuthering Heights. Durante una de sus visitas, Nelly observa con inquietud cómo Heathcliff se acerca a Isabella Linton mientras esta alimenta a las palomas en el patio. Aunque Isabella parece inicialmente incómoda, Heathcliff no tarda en mostrarse afectuoso con ella, lo que Nelly interpreta como una manipulación deliberada. Catherine, al darse cuenta de esta interacción, enfrenta a Heathcliff y lo reprende por su comportamiento, pero este le responde con frialdad y arrogancia, dejando claro que su intención es seguir atormentando a todos.

El enfrentamiento entre Catherine y Heathcliff se agrava cuando este la acusa de haberlo tratado «infernalmente» y le promete vengarse. Catherine, furiosa y frustrada, responde que la única manera en que él puede herirla es creando conflictos con Edgar o seduciendo a Isabella, a lo que Heathcliff insinúa que podría hacerlo.

Al enterarse de lo sucedido, Edgar decide confrontar a Heathcliff directamente y le exige que abandone Thrushcross Grange para siempre. Heathcliff responde con burlas y provoca a Edgar, pero este, en lugar de enfrentarlo físicamente, ordena a sus criados que lo expulsen de la propiedad. Catherine interviene, bloqueando las puertas para evitar que Edgar cumpla su orden, lo que provoca una discusión violenta entre ambos. La situación llega a su punto álgido cuando Edgar, furioso y profundamente herido por las acciones de su mujer, se marcha, dejando a Catherine sumida en la histeria.

La tensión emocional afecta gravemente a Catherine, que comienza a mostrar signos de inestabilidad mental. Se encierra en su habitación, rechazando la comida y negándose a interactuar con los demás. Entretanto, Edgar intenta razonar con Isabella sobre su atracción hacia Heathcliff y le advierte sobre sus intenciones y su carácter peligroso. Sin embargo, Isabella evade las preguntas de su hermano y no da señales de haber sido disuadida.

CAPÍTULO XII

En el capítulo XII, la situación en Thrushcross Grange alcanza un punto crítico debido al deterioro de la salud física y mental de Catherine, mientras nuevos acontecimientos sacuden la estabilidad de la familia Linton.

Catherine, recluida en su habitación desde la discusión con Edgar, abre la puerta al tercer día. Débil y alterada, declara que siente que está muriendo, pero Nelly, creyendo que exagera, le lleva alimentos para que recupere fuerzas. Catherine muestra signos de inestabilidad mental, oscilando entre una angustia intensa y delirios. Observa su reflejo en el espejo, incapaz de reconocerse, y empieza a divagar sobre recuerdos de su infancia en Wuthering Heights, expresando un profundo anhelo de regresar a tiempos en que se sentía libre y feliz junto a Heathcliff. Su estado empeora, con episodios de delirio en los que habla con su propio reflejo y confunde la realidad con los sueños.

La situación empeora cuando Catherine insiste en abrir la ventana en plena noche invernal, en busca del viento que sopla desde los páramos, algo que Nelly trata de evitar. En medio de su confusión, Catherine expresa un profundo resentimiento hacia Edgar, acusándolo de indiferencia, y reafirma su conexión emocional con Heathcliff, a quien menciona de manera obsesiva en sus divagaciones. Edgar entra finalmente en la habitación y se horroriza al ver el estado físico y mental de su mujer. Aunque intenta calmarla, Catherine le responde con palabras llenas de ira y desesperación, declarando que no lo necesita y que su alma pertenece a los páramos junto a Heathcliff. Edgar, visiblemente afectado, trata de mantenerse sereno, pero la gravedad de la situación lo abruma.

Paralelamente, Nelly descubre un nuevo problema: Isabella ha huido con Heathcliff durante la noche. La noticia llega a través de una criada, quien cuenta que los dos fueron vistos montando a caballo en dirección contraria al pueblo. Al enterarse, Edgar responde con una mezcla de dolor y resignación, y declara que Isabella ha decidido romper todos los lazos con su familia al marcharse con Heathcliff. Decide no emprender ninguna acción para recuperarla y afirma que, desde ese momento, ella solo es su hermana de nombre.

Este capítulo profundiza en la decadencia emocional y física de Catherine, mientras que la huida de Isabella con Heathcliff introduce un nuevo conflicto que amenaza con desestabilizar aún más a todos los personajes. La narración se torna cada vez más oscura, reflejando el caos que Heathcliff trae consigo a las vidas de quienes lo rodean.

CAPÍTULO XIII

En el capítulo XIII, el tiempo transcurre mientras los personajes lidian con las consecuencias de los recientes conflictos. Catherine, tras su crisis emocional y física, atraviesa un periodo crítico de fiebre cerebral. Durante dos meses, Edgar Linton se dedica por completo a cuidarla y a afrontar con paciencia sus episodios de irritabilidad y confusión mental. Aunque el doctor Kenneth advierte que Catherine podría sufrir secuelas mentales permanentes, Edgar se aferra a la esperanza de su recuperación. A pesar de su mejora física, su ánimo sigue decaído y sus palabras reflejan un profundo desasosiego, lo que supone un cambio irreparable en su forma de ser.

Por otro lado, Isabella, que había huido con Heathcliff, envía una breve nota a Edgar anunciando su matrimonio. La carta resulta fría y distante, pero incluye una vaga disculpa y una súplica de reconciliación, pero Edgar no responde. Posteriormente, Isabella escribe una carta más extensa a Nelly en la que detalla su miserable vida en Wuthering Heights.

En ella, Isabella describe su llegada a la casa, donde fue recibida con hostilidad y desprecio por Joseph y Hareton. El ambiente es sombrío y desolador, muy diferente de la calidez de Thrushcross Grange. Heathcliff, lejos de mostrarse afectuoso, actúa con crueldad hacia ella, dejando claro que su matrimonio no fue motivado por amor, sino por su plan de venganza. Isabella también tiene que enfrentarse a Hindley, quien vive consumido por su odio hacia Heathcliff y está al borde de la locura, alimentando su deseo de asesinarlo. Hindley le muestra un arma improvisada y le confiesa que todas las noches se debate entre usarla o no para acabar con su enemigo.

La carta refleja el arrepentimiento de Isabella por haberse casado con Heathcliff y su desesperación al encontrarse aislada en una casa llena de hostilidad y violencia. También solicita la visita de Nelly, rogándole que lleve noticias de su hermano Edgar y de Catherine, aunque deja claro que no espera ser recibida nuevamente en Thrushcross Grange.

CAPÍTULO XIV

En el capítulo XIV, Nelly se enfrenta a la difícil tarea de visitar a Isabella en Wuthering Heights. Tras leer la carta de Isabella, en la que expresa su sufrimiento y desesperación, Nelly informa a Edgar de la situación de su hermana. Sin embargo, él se muestra frío y distante, negándose a escribirle o visitarla, aunque asegura que no está enfadado con ella. En su lugar, autoriza a Nelly a transmitirle su deseo de que sea feliz, pero también su determinación de romper cualquier vínculo entre ambas familias.

Cuando Nelly llega a Wuthering Heights, se encuentra una escena desoladora. Isabella, visiblemente deteriorada, refleja el abandono y la miseria que caracterizan su vida junto a Heathcliff. La casa está en un deplorable estado de descuido y la joven, que alguna vez fue elegante y vivaz, parece agotada tanto física como emocionalmente. Heathcliff, en contraste, mantiene una apariencia imponente, lo que resalta aún más la diferencia entre ambos.

Isabella, ansiosa por recibir un mensaje de su hermano, se decepciona al escuchar las palabras de Nelly. Mientras tanto, Heathcliff se aprovecha de la ocasión para interrogar a Nelly sobre el estado de Catherine. Mediante una mezcla de preguntas y suposiciones, logra obtener información sobre la enfermedad de Catherine y las tensiones que esta ha causado en Thrushcross Grange. Durante esta conversación, revela la intensidad de sus sentimientos hacia Catherine y su desprecio hacia Edgar, dejando claro que no permitirá que nadie se interponga entre ellos.

La dinámica entre Heathcliff e Isabella se vuelve aún más perturbadora. Él admite sin reparos que nunca la amó y que se casó con ella para vengarse de Edgar. Isabella, humillada y maltratada, expresa su odio hacia Heathcliff y su deseo de escapar, pero también su temor a las represalias si lo intenta. Su relación está marcada por el desprecio mutuo y la violencia emocional.

Heathcliff insiste en su determinación de ver a Catherine y exige la ayuda de Nelly para organizar un encuentro con ella. Aunque Nelly se resiste inicialmente, él la intimida hasta obtener su consentimiento para entregar una carta a Catherine y avisarle cuando Edgar esté ausente para facilitar la reunión. Nelly justifica su decisión como un intento de evitar un enfrentamiento mayor, pero no puede evitar sentirse culpable por su aparente traición hacia Edgar.

CAPÍTULO XV

En el capítulo XV, Catherine, que está gravemente enferma y es emocionalmente frágil, recibe finalmente la carta de Heathcliff tras varios días de indecisión por parte de Nelly. Mientras Edgar está ausente, Heathcliff se presenta en Thrushcross Grange, impaciente por ver a Catherine. En una escena cargada de tensión, Heathcliff irrumpe en la habitación de Catherine, que lo recibe débil, pero ansiosa por verlo. Al reencontrarse, ambos se abrazan con desesperación, conscientes de que Catherine está cerca de morir y de la intensidad de los sentimientos que aún los unen.

La conversación que mantienen es emocionalmente desgarradora. Catherine acusa a Heathcliff y a Edgar de haberla destruido, mientras Heathcliff, angustiado y lleno de amor frustrado, le reprocha haberlo dejado por Edgar, aunque admite que no puede vivir sin ella. Ambos reconocen el daño que se han causado mutuamente, pero también confiesan la imposibilidad de romper sus lazos emocionales. Catherine expresa su deseo de no ser separada de Heathcliff ni siquiera en la muerte, mientras que él, sumido en su tormento, oscila entre la rabia y la ternura.

La conversación se ve interrumpida por la llegada de Edgar. Catherine, sumida en un estado de agitación extremo, le suplica a Heathcliff que no se marche. A pesar de su resistencia inicial, Heathcliff accede a quedarse y está dispuesto a enfrentarse a Edgar si fuera necesario. La situación alcanza su punto álgido cuando Edgar entra en la habitación y encuentra a Catherine desmayada en brazos de Heathcliff. En un momento de aparente generosidad, Heathcliff deposita a Catherine en los brazos de Edgar y se retira al jardín, prometiendo mantenerse cerca y regresar si no recibe noticias sobre su estado.

CAPÍTULO XVI

El capítulo XVI comienza con el nacimiento prematuro de una niña, Catherine Linton, hija de Edgar y Catherine Earnshaw. El parto ocurre en medio de la agonía de Catherine madre, quien muere dos horas después, sin haber recuperado completamente la conciencia ni haber reconocido a Edgar o recordado a Heathcliff. La muerte de Catherine es un golpe devastador para Edgar, que se sumerge en una profunda tristeza. El bebé, débil y prematuro, parece simbolizar un futuro incierto y solitario.

Por la mañana, la calma de la muerte envuelve el cuerpo de Catherine, que yace con una expresión de paz que contrasta con la intensidad de las emociones que dejó tras de sí. Nelly, aunque encuentra algo de consuelo en la serenidad de la muerte, reflexiona sobre el destino espiritual de Catherine y la posibilidad de su redención. Mientras tanto, Edgar permanece en la habitación velando el cuerpo sin descanso, consumido por el dolor.

Nelly decide buscar a Heathcliff, quien había pasado la noche en el parque cerca de Thrushcross Grange. Cuando lo encuentra, Heathcliff ya sabe que Catherine ha muerto. Su reacción es visceral y desgarradora. Desprecia las lágrimas de Nelly y expresa su rabia y dolor con una intensidad salvaje. Clama al cielo con una furia descontrolada, deseando que Catherine no encuentre paz ni en la muerte y que lo persiga como un espíritu. En su desesperación, se golpea contra un árbol y se hace daño, mientras lucha contra el sufrimiento que lo consume.

Los días previos al funeral de Catherine están marcados por el duelo silencioso de Edgar, que no se separa del cuerpo de su esposa. Heathcliff, incapaz de mantenerse lejos, ronda la propiedad durante la noche. En un momento de compasión y comprensión de su persistencia, Nelly abre una ventana para permitir que Heathcliff entre y se despida de Catherine. Lo hace de manera cautelosa, dejando una marca simbólica de su presencia: reemplaza el contenido del relicario que Catherine llevaba, sustituyendo un mechón de su propio cabello por uno de Edgar, para que ella lo lleve a la tumba como un gesto de unión eterna.

El funeral de Catherine se celebra de forma sencilla y sin la asistencia de Hindley o Isabella. Su lugar de descanso final no está junto a la familia Linton en la capilla ni en el espacio reservado para los Earnshaw, sino en un rincón apartado del cementerio, en una pendiente verde cubierta de brezo. Es un lugar que refleja su espíritu indomable y su conexión con la naturaleza salvaje de los páramos. Años después, su esposo Edgar será enterrado junto a ella.

CAPÍTULO XVII

El capítulo XVII comienza con una tormenta que refleja el desolado estado emocional de los personajes. Poco después de la muerte de Catherine, Isabella llega a Thrushcross Grange en condiciones deplorables, tras haber huido de Wuthering Heights. Viste ropa mojada y desgarrada, tiene un corte en la cara y está exhausta. Isabella le cuenta a Nelly los motivos de su huida y describe los abusos de Heathcliff y el caos en la casa de los Earnshaw.

Isabella revela que Heathcliff, consumido por el dolor tras la muerte de Catherine, ha estado comportándose de manera errática, alternando entre oraciones frenéticas y ataques de ira. Aunque inicialmente se sentía atraída por él, ahora lo describe como un ser cruel y monstruoso, culpándolo de haber destruido su vida. Durante su relato, menciona que la noche anterior Heathcliff y Hindley se enfrentaron violentamente, cuando Hindley intentó asesinar a Heathcliff en un ataque de desesperación. Heathcliff, más fuerte y astuto, logró dominar a Hindley y lo hirió de gravedad, aunque no lo mató.

Isabella explica que decidió huir cuando se dio cuenta de que su vida corría peligro y que no podía soportar más la opresión de Heathcliff. Antes de irse, lanzó su anillo de bodas al fuego, simbolizando el rechazo definitivo hacia su matrimonio. Tras despedirse de Nelly y rechazar permanecer en la Granja, Isabella se marcha al sur de Inglaterra, donde poco después da a luz a un hijo, Linton Heathcliff.

La narración regresa a Wuthering Heights, donde Hindley, devastado y arruinado, sucumbe a su estilo de vida autodestructivo. Finalmente, muere de alcoholismo, dejando a su hijo, Hareton, completamente bajo el control de Heathcliff. Hindley había hipotecado toda la propiedad para financiar sus vicios y, como acreedor, Heathcliff toma posesión total de la finca. Con una actitud despiadada, Heathcliff anuncia su intención de criar a Hareton para que perpetúe el resentimiento y la rivalidad que él mismo ha experimentado.

Hareton, que debería ser el legítimo propietario de Wuthering Heights, queda reducido a la condición de sirviente en su propia casa, sin ser consciente de su situación ni de sus derechos. Este desarrollo subraya el alcance de la venganza de Heathcliff, quien ha logrado consolidar su dominio sobre los descendientes de aquellos que lo humillaron y despreciaron en el pasado.

CAPÍTULO XVIII

El capítulo XVIII describe un período de tranquilidad en Thrushcross Grange, durante el cual Cathy Linton crece bajo la protección de su padre, Edgar, y la atención de Nelly Dean. Cathy es una niña encantadora, con los ojos oscuros y expresivos de los Earnshaw y la delicada belleza de los Linton. Su carácter combina una naturaleza viva y afectuosa con arrebatos de terquedad ocasionales, aunque no posee la intensidad ni la pasión desbordante de su madre, Catherine Earnshaw.

Edgar dedica su tiempo a educarla y protegerla, manteniéndola alejada de influencias externas. Cathy no ha salido más allá de los límites del parque de la Granja y vive completamente ajena a la existencia de Wuthering Heights o Heathcliff. Su mundo se limita a sus paseos por los alrededores y a las historias que inventa y que alimenta su viva imaginación. A menudo pregunta por los riscos de Penistone Crags, que ve desde su ventana, pero Edgar siempre se niega a dejarla ir.

Cuando Cathy cumple trece años, Edgar recibe una carta de su hermana Isabella, que está gravemente enferma. En la carta, Isabella le pide que la visite en su lecho de muerte y que se lleve a su hijo, Linton, para protegerlo de Heathcliff. Edgar parte de inmediato, dejando instrucciones estrictas para que Cathy no salga del parque. Durante su ausencia, Cathy, harta de la soledad, comienza a explorar los terrenos más allá de lo permitido.

Un día, Cathy decide aventurarse hasta Penistone Crags montada en su poni y acompañada por sus perros. Al descubrir su ausencia, Nelly sale en su búsqueda y sigue su rastro hasta Wuthering Heights. Allí la encuentra sentada junto a Hareton Earnshaw, un joven torpe y rudo que desconoce su parentesco con ella. Cathy, que inicialmente estaba encantada con Hareton, pronto se sintió ofendida cuando la trató como a una igual en lugar de reconocer su superioridad social. La revelación de que Hareton es su primo agrava aún más su descontento.

Cathy regresa a casa con Nelly, prometiendo no contarle a su padre sobre su aventura ni sobre su encuentro con Hareton. Sin embargo, la experiencia marca un cambio en la vida protegida de Cathy, al exponerla por primera vez al mundo más allá de Thrushcross Grange y a las complejidades de las relaciones familiares que Edgar había intentado mantener ocultas. Este episodio es un preludio de los conflictos y conexiones que se desarrollarán entre los personajes en el futuro.

CAPÍTULO XIX

El capítulo XIX narra el regreso de Edgar Linton a Thrushcross Grange tras la muerte de su hermana Isabella. En su viaje, Edgar trae consigo a su sobrino Linton Heathcliff, un niño enfermizo y delicado. Catherine, la hija de Edgar, espera con entusiasmo la llegada de su primo, imaginando que será un compañero de juegos ideal. Sin embargo, al conocerlo, descubre que es un niño débil, de carácter lánguido y fácilmente irritable, muy diferente de lo que ella esperaba. Edgar intenta tranquilizar a Catherine y le explica que Linton necesita tiempo para adaptarse y recuperarse.

Linton, por su parte, muestra un comportamiento apático y se marcha pronto a descansar, dejando a Catherine algo desilusionada. Aun así, ella intenta ser amable, lo que logra atenuar la actitud reticente de su primo.

El ambiente se torna tenso cuando Joseph, el sirviente de Heathcliff, llega a Thrushcross Grange exigiendo llevarse a Linton a Wuthering Heights por orden de su padre. Edgar se niega, alegando que el niño está demasiado cansado para viajar de inmediato y argumentando que Isabella quería que Linton quedara bajo su protección. Sin embargo, Joseph insiste y muestra la intención de Heathcliff de reclamar a su hijo sin demora. Edgar, decidido a proteger a su sobrino al menos por esa noche, expulsa a Joseph, quien se retira enfurecido advirtiendo que Heathcliff vendrá a recoger al niño al día siguiente.

CAPÍTULO XX

En el capítulo XX, Edgar Linton, al comprender que no puede retener a Linton, su sobrino, ante la exigencia de Heathcliff, encarga a Nelly Dean llevar al niño a Wuthering Heights. Antes de partir, Edgar le pide a Nelly que oculte la verdad a Cathy sobre el destino de su primo para evitar que ella desee visitarlo en el futuro. Nelly despierta a Linton temprano por la mañana y, con promesas y explicaciones vagas, lo convence para que vaya a conocer a su padre, a quien nunca ha visto ni sabe nada de él.

Durante el viaje, Linton, un niño débil y melancólico, expresa confusión y reticencia ante este cambio repentino. Nelly trata de calmarlo describiendo el paisaje y su nuevo hogar, aunque se percibe su propia incertidumbre sobre lo que le espera al niño en Wuthering Heights. Linton, que prefiere quedarse con su tío Edgar, se siente cada vez más ansioso, pero el ambiente del camino lo distrae momentáneamente.

Cuando llegan a Wuthering Heights, Heathcliff recibe a su hijo con desprecio y cinismo. Se burla de la apariencia débil y enfermiza de Linton y expresa abiertamente su decepción por lo poco que el niño se parece a él. A pesar de su trato brusco, Heathcliff deja claro que tiene planes específicos para su hijo: lo cuidará, no por afecto, sino porque quiere asegurarse de que Linton herede Thrushcross Grange y controle así las propiedades de los Linton.

Linton, completamente asustado y desconcertado por la actitud de su padre y el ambiente hostil de Wuthering Heights, se aferra a Nelly, rogándole que no lo deje allí. Sin embargo, Heathcliff lo retiene y ordena que le preparen algo de comer. La tensión entre los habitantes de la casa, especialmente Joseph, es evidente y Linton, acostumbrado a un trato más refinado, rechaza la comida que le ofrecen, lo que genera aún más desdén por parte de los presentes.

Finalmente, Nelly se ve obligada a marcharse, dejando a Linton en manos de Heathcliff. Mientras se aleja, escucha los gritos desesperados del niño, que suplica no quedarse en ese lugar desconocido y hostil. Esta escena muestra la brutalidad de Heathcliff y la vulnerabilidad de Linton, y anticipa los conflictos que vendrán.

CAPÍTULO XXI

En el capítulo XXI, Cathy se emociona al pensar en ver a su primo Linton, pero se desilusiona profundamente cuando se entera de que su tío Heathcliff lo ha llevado a Wuthering Heights. Edgar, para calmarla, le promete que Linton regresará, aunque sabe que es una promesa vacía. Con el tiempo, Cathy va olvidando el rostro de su primo, mientras que Linton permanece en Wuthering Heights, viviendo en condiciones precarias. Según la ama de llaves, el joven es débil, enfermizo y molesto para su padre, quien lo desprecia abiertamente.

Los años pasan en Thrushcross Grange hasta que Cathy cumple dieciséis años. Un día, durante una caminata por los páramos con Nelly, Cathy, en su entusiasmo, se aleja del camino y llega cerca de Wuthering Heights, donde se encuentra con Heathcliff y Hareton. Heathcliff, al reconocerla, la invita a visitar la casa, a pesar de las protestas de Nelly. Cathy, intrigada y agotada, acepta.

En Wuthering Heights, Cathy descubre a su primo Linton, ahora un joven alto pero extremadamente débil y pálido. Aunque al principio no lo reconoce, pronto se llena de alegría al saber que es él. Los primos comparten un momento de felicidad, pero la actitud lánguida y quejumbrosa de Linton contrasta con la energía y vivacidad de Cathy. Entretanto, Heathcliff revela sus intenciones de casar a los primos y argumenta que así asegurará que Cathy herede las propiedades de Edgar y, eventualmente, las de Linton, consolidando así su control sobre ambas familias.

Nelly, preocupada por las intenciones de Heathcliff, intenta disuadir a Cathy de regresar a Wuthering Heights, pero la joven está encantada con la idea de ver a su primo nuevamente. Heathcliff manipula a Cathy diciéndole que su padre no aprobaría las visitas debido a una antigua disputa entre ellos, lo que refuerza su deseo de mantener su relación con Linton en secreto.

De vuelta en Thrushcross Grange, Cathy comienza a intercambiar cartas en secreto con Linton, prometiéndole libros y otros regalos. Nelly, al descubrir la correspondencia, confisca las cartas, reprende a Cathy y le advierte que no debe continuar el contacto. Sin embargo, la insistencia de Cathy en mantener su vínculo con Linton muestra cómo la manipulación de Heathcliff está comenzando a influir en su vida.

CAPÍTULO XXII

Con el fin del verano y el inicio del otoño, Edgar Linton cae enfermo tras una exposición al frío y la humedad. Su salud empeora progresivamente, por lo que tiene que permanecer recluido en casa durante el invierno. Catherine, afectada por la enfermedad de su padre y el fin de su breve romance con Linton Heathcliff, muestra signos de tristeza y melancolía. Edgar insiste en que tome más aire libre, y Nelly intenta llenar el vacío que deja la compañía de su padre acompañándola en sus paseos.

En uno de estos paseos, Catherine y Nelly caminan por los terrenos de Thrushcross Grange y se encuentran con Heathcliff. Este les bloquea el paso y exige hablar con Catherine, afirmando que Linton está muriendo de pena por no verla ni recibir noticias suyas. Según Heathcliff, la falta de atención de Catherine hacia Linton ha agravado su delicada salud y solo ella puede salvarlo. Aunque Nelly intenta desacreditar las palabras de Heathcliff, Catherine se siente profundamente afectada por su relato.

Heathcliff, manipulador, apela a los sentimientos de culpa de Catherine y la convence de que su visita a Wuthering Heights es imprescindible. Insiste en que ella debe demostrar bondad hacia Linton y desestima las advertencias de Nelly, quien sospecha de sus verdaderas intenciones. Aunque Nelly logra disuadir a Catherine de ir a ver a Linton, la joven queda turbada y convencida de que debe actuar para aliviar su sufrimiento.

De regreso a casa, Catherine, visiblemente alterada, pasa la noche llorando en silencio. Nelly intenta tranquilizarla y ridiculizar las afirmaciones de Heathcliff, pero la joven no puede deshacerse de la preocupación por Linton. Finalmente, Catherine declara que no podrá estar en paz hasta saber la verdad sobre su estado y reafirmar su afecto por él. A pesar de sus reservas, Nelly cede ante la insistencia de Catherine, con la esperanza de que una visita a Wuthering Heights revele la falsedad de las palabras de Heathcliff. Así, la decisión de Catherine de visitar a Linton se convierte en un nuevo punto de tensión en la trama.

CAPÍTULO XXIII

Una mañana fría y lluviosa, Catherine y Nelly emprenden un viaje a Wuthering Heights para visitar a Linton. Al llegar, lo encuentran en un estado lamentable: débil, malhumorado y quejándose de la falta de cuidado y atención por parte de los demás en la casa. Catherine intenta consolarlo y se muestra afectuosa, pero Linton tiene una actitud caprichosa y, en ocasiones, cruel.

Durante la conversación, Linton culpa a Catherine de no haberlo visitado antes y afirma que sus cartas le cansaban y que hubiera preferido verla en persona. También menciona que su padre, Heathcliff, lo ridiculiza constantemente y lo compara desfavorablemente con Hareton. Aunque Catherine intenta ser amable, su conversación degenera en una discusión cuando Linton, celoso y resentido, sugiere que su madre, Catherine Earnshaw, odiaba al padre de Catherine y amaba a Heathcliff. Catherine se enfurece con esta declaración y niega vehementemente las afirmaciones de Linton, acusándolo de mentir.

La discusión culmina cuando Catherine empuja a Linton en un arrebato de ira, lo que le provoca un violento ataque de tos que alarma tanto a ella como a Nelly. Linton aprovecha la situación para intensificar su actitud de víctima, llorando y quejándose de que Catherine lo ha lastimado gravemente. Catherine, profundamente arrepentida, intenta consolarlo, pero él continúa manipulándola emocionalmente, exigiendo su atención y compañía.

Finalmente, Nelly insiste en que deben irse, pero Catherine se niega a dejar a Linton en ese estado. Antes de irse, Linton le pide a Catherine que vuelva a visitarlo, afirmando que su compañía es esencial para su bienestar. Catherine promete regresar, pese a las advertencias de Nelly sobre las intenciones de Heathcliff y los riesgos de mantener contacto con Linton.

De vuelta en Thrushcross Grange, Catherine comienza a mostrar una creciente preocupación por Linton, ignorando las advertencias de Nelly. Aunque Nelly amenaza con informar a Edgar Linton si Catherine intenta regresar a Wuthering Heights, la joven demuestra su determinación de seguir viendo a su primo. Mientras tanto, Nelly se pone enferma, lo que deja a Catherine más libre para actuar sin supervisión. Esto allana el camino para futuros encuentros que complicarán aún más las relaciones entre los personajes y las tensiones ya existentes.

CAPÍTULO XXIV

Tras tres semanas de convalecencia, Nelly se recupera y vuelve a sus tareas en Thrushcross Grange. Una noche, mientras Catherine le hace compañía en la biblioteca, Nelly nota que la joven parece impaciente y distraída. En los días siguientes, Catherine presenta excusas para irse temprano, lo que despierta las sospechas de Nelly. Una noche, decide investigar y descubre que Catherine ha estado saliendo de la casa a escondidas. La confronta al encontrarla regresando con su poni y, tras un emotivo intercambio, Catherine confiesa la verdad.

Catherine admite que ha estado visitando a Linton en Wuthering Heights casi todos los días desde que Nelly cayó enferma. Explica que su primo la convenció de continuar las visitas, asegurándole que estaba enfermo y dependía de ella para sentirse mejor. Catherine describe cómo algunas de sus citas fueron agradables, con conversaciones y juegos, mientras que otras estuvieron marcadas por el mal humor, la fragilidad y el egoísmo de Linton. A pesar de su difícil comportamiento, Catherine ha desarrollado un afecto por él y siente la necesidad de consolarlo.

Durante una de sus visitas, Hareton los interrumpe lleno de celos y furia, expulsando a Linton de la habitación y casi provocando un enfrentamiento físico. Este episodio la deja conmocionada y temerosa de regresar, pero su preocupación por Linton la impulsa a continuar con las visitas. También relata cómo, en ocasiones, Heathcliff ha intervenido, mostrándose cruel y manipulador con su hijo.

Al escuchar esta confesión, Nelly se siente obligada a informar a Edgar Linton, quien reacciona consternado y decide prohibir que Catherine vuelva a visitar Wuthering Heights. En su lugar, permite que Linton visite Thrushcross Grange si lo desea, pero bajo su supervisión. Catherine, angustiada por esta restricción, suplica a su padre que reconsidere, pero Edgar se mantiene firme, preocupado por la influencia de Heathcliff y el impacto que estas visitas podrían tener en su hija.

El capítulo concluye con Catherine enfrentándose a la prohibición de ver a Linton en Wuthering Heights, lo que pone de manifiesto las tensiones emocionales y los conflictos generados por estas visitas en ella y en los demás personajes involucrados.

CAPÍTULO XXV

En el capítulo XXV, Nelly continúa relatando los acontecimientos ocurridos durante el invierno y la primavera anteriores. La frágil salud de Edgar Linton sigue deteriorándose, aunque él mantiene una actitud de resignación y ternura hacia su hija Catherine. A pesar de su estado, Edgar intenta proteger a Cathy de la influencia de Heathcliff y de una posible unión perjudicial con Linton, el hijo de Heathcliff.

Edgar reflexiona sobre su cercanía a la muerte y la difícil tarea de dejar a Cathy sola en un mundo lleno de adversidades. Aunque es consciente de la frágil salud de Linton, confía en que, si llegara a casarse con Catherine, esta tendría la fortaleza suficiente para controlarlo. No obstante, persiste en su decisión de evitar que su hija se acerque a Wuthering Heights, temiendo las maquinaciones de Heathcliff.

Linton, siguiendo las instrucciones de su padre, le escribe cartas rogándole que permita un encuentro con Cathy en un lugar neutral. En ellas, Linton asegura que su carácter no se parece en nada al de su padre y que Catherine lo ha perdonado por sus defectos, por lo que Edgar también debería hacerlo. Aunque Edgar se siente conmovido por la súplica, no puede permitir que Cathy lo visite sin supervisión. Sin embargo, finalmente accede a que los jóvenes se reúnan una vez por semana, bajo la vigilancia de Nelly, y únicamente en los alrededores de Thrushcross Grange.

A medida que avanza la primavera, la salud de Edgar sigue deteriorándose, pero no es consciente de que Linton también está gravemente enfermo. Heathcliff, por su parte, sigue manipulando a su hijo, obligándolo a aparentar mejoría y a mantener su interés en Catherine para avanzar en sus propios planes. Mientras Edgar intenta garantizar el bienestar de Cathy después de su muerte, no se da cuenta de la crueldad que Heathcliff ejerce sobre Linton ni del grado de deterioro físico que este ha sufrido.

Este capítulo presenta un momento de calma tensa, donde las esperanzas y los temores de los personajes se entrelazan, mientras las verdaderas intenciones de Heathcliff continúan desarrollándose en las sombras.

CAPÍTULO XXVI

En el capítulo XXVI, los primos finalmente se reúnen bajo la supervisión de Nelly. La cita tiene lugar en los alrededores de Wuthering Heights, cerca de un cruce de caminos. Catherine y Nelly cabalgan hasta el punto acordado, pero al llegar les informan de que Linton se encuentra más cerca de la casa de Heathcliff. Aunque al principio dudan en seguir, finalmente deciden avanzar un poco más.

Al encontrar a Linton, se hace evidente que su estado de salud ha empeorado mucho. Está pálido, débil y apenas puede mantenerse en pie. Catherine, alarmada, intenta animarlo, pero pronto nota que su primo ha cambiado: su conversación es torpe y muestra una apatía y frialdad que contrastan con su antigua disposición, aunque todavía insiste en que su salud es mejor de lo que parece. Linton se muestra ansioso y nervioso, sobre todo cuando menciona a su padre, lo que genera una sensación de inquietud en Catherine y Nelly.

La interacción entre los primos denota incomodidad. Linton parece más preocupado por evitar el enfado de Heathcliff que por disfrutar de la compañía de Catherine. A pesar de los intentos de Catherine por entablar una conversación alegre y mantener la cercanía que alguna vez compartieron, Linton responde con evasivas y deja entrever su temor hacia su padre, lo que aumenta las dudas y preocupaciones de Catherine sobre las verdaderas circunstancias de su primo.

Cuando Catherine sugiere partir, Linton suplica que se quede un poco más, claramente atemorizado por la posibilidad de que Heathcliff llegue y lo encuentre solo. Sin embargo, finalmente Catherine decide regresar, frustrada y decepcionada por la indiferencia de Linton, aunque también compasiva hacia su frágil estado. Antes de irse, promete volver la semana siguiente.

Durante el regreso, Catherine reflexiona sobre la reunión, alternando entre el enfado por el comportamiento distante de Linton y la preocupación por su evidente deterioro físico y emocional. A su llegada a Thrushcross Grange, Edgar pregunta por el encuentro, pero tanto Catherine como Nelly le ofrecen una versión edulcorada de los hechos y evitan revelar las preocupantes condiciones en las que han encontrado a Linton. Este episodio deja a ambas con una sensación de incertidumbre y aprensión sobre el control que Heathcliff ejerce sobre su hijo y el futuro de las interacciones entre Catherine y Linton.

CAPÍTULO XXVII

En el capítulo XXVII de Wuthering Heights, Catherine y Nelly vuelven a Wuthering Heights para reunirse con Linton, con el permiso de Edgar Linton, quien está gravemente enfermo. Catherine, profundamente preocupada por la salud de su padre, accede a la visita, aunque con reticencia, para cumplir con su promesa. Sin embargo, lo que parecía una simple reunión pronto se convierte en una trampa.

Linton recibe a Catherine y Nelly en los alrededores de Wuthering Heights, pero muestra un comportamiento extraño y angustiado. Pronto se revela que Heathcliff ha manipulado la situación para obligar a Catherine a quedarse en casa. Linton, temeroso de la ira de su padre, actúa como cómplice involuntario y le ruega que no lo deje solo y que acceda a los deseos de Heathcliff. Catherine, inicialmente frustrada y confundida por la actitud de Linton, se conmueve al ver su evidente terror.

La situación empeora cuando Heathcliff aparece y, con su acostumbrada crueldad, deja claro que Catherine y Nelly están prisioneras en Wuthering Heights. Heathcliff planea obligar a Catherine a casarse con Linton, aprovechando la fragilidad emocional de ambos para cumplir sus objetivos. Catherine, angustiada, suplica que se le permita regresar a Thrushcross Grange para cuidar a su padre, pero Heathcliff se muestra inflexible y desprecia sus súplicas.

A lo largo del capítulo, Catherine se enfrenta al dilema de obedecer a Heathcliff para proteger a Linton o cumplir con las demandas de su padre moribundo. Por otro lado, Nelly, que está con ella, busca desesperadamente una forma de escapar, pero se siente impotente ante la constante vigilancia de Heathcliff y sus sirvientes.

Este capítulo marca un punto crucial en la historia, ya que muestra hasta qué punto Heathcliff está dispuesto a llegar para manipular y controlar a los personajes, especialmente a Catherine y Linton. La sensación de opresión y desesperación domina la escena, mientras los personajes se ven atrapados en una red de intrigas y coerción.

CAPÍTULO XXVIII

En el capítulo XXVIII, Nelly es liberada finalmente de su confinamiento en Wuthering Heights por Zillah, quien le informa de que Heathcliff la había retenido por capricho y de que Edgar Linton sigue vivo, aunque gravemente enfermo. Al descubrirlo, Nelly regresa rápidamente a Thrushcross Grange con la intención de organizar el rescate de Catherine, quien aún permanece cautiva.

En Wuthering Heights, Nelly encuentra a Linton en un estado de apatía, incapaz de mostrar empatía por el sufrimiento de Catherine. Linton le explica que Catherine está confinada en una habitación, enferma y profundamente angustiada, pero Heathcliff se niega a dejarla marchar. Nelly decide no enfrentarse directamente a Heathcliff y, en lugar de ello, regresa al Grange para reunir a un grupo de hombres que exijan la liberación de Catherine.

Mientras tanto, Edgar Linton, cada vez más debilitado, expresa su preocupación por el bienestar de Catherine y revisa su testamento para proteger su herencia de Heathcliff. Sin embargo, los esfuerzos iniciales para liberar a Catherine fracasan, ya que Heathcliff se niega a permitir que los hombres enviados por Nelly vean a Catherine, alegando que está demasiado enferma para moverse.

Finalmente, Catherine logra escapar por su cuenta con la ayuda de Linton, quien, aunque aterrado, le proporciona la llave de su habitación. Catherine escala por una ventana utilizando un árbol cercano y llega a Thrushcross Grange al amanecer, agotada pero firme en su determinación de ver a su padre antes de que sea demasiado tarde. Nelly la consuela y la prepara para el emotivo reencuentro con Edgar, quien, al verla, experimenta un momento de felicidad pura antes de fallecer en paz, convencido de que pronto se reunirá en el más allá con su esposa fallecida.

Tras la muerte de Edgar, el abogado Green, que se ha vendido a Heathcliff, comienza a tomar el control de Thrushcross Grange, despidiendo a los sirvientes y mostrando una actitud autoritaria. Catherine, ahora oficialmente la esposa de Linton Heathcliff, permanece en el Grange hasta que se realiza el funeral de su padre. Más tarde, Catherine revela cómo su angustia y súplicas lograron convencer a Linton para ayudarla a escapar, a pesar de su propio miedo a las represalias de su padre. Heathcliff castiga a Linton severamente por su papel en la fuga, reafirmando su control absoluto sobre la vida de todos en Wuthering Heights.

CAPÍTULO XXIX

En el capítulo XXIX, la tensión se intensifica cuando Heathcliff llega a Thrushcross Grange poco después del funeral de Edgar Linton. Sin anunciarse y comportándose como el nuevo amo, irrumpe en la casa para llevarse a Catherine, ahora su nuera, de regreso a Wuthering Heights. Catherine intenta resistirse, pero Heathcliff insiste en que debe cumplir con su obligación de cuidar de Linton, su esposo, argumentando que ya no siente interés por su hijo y que Catherine será responsable de él.

Nelly intenta persuadir a Heathcliff para que permita que Catherine permanezca en Thrushcross Grange y sugiere que sería menos problemático para todos, pero Heathcliff rechaza la idea con desdén. En cambio, revela que planea arrendar la propiedad y que no tiene intención de permitir que Catherine tenga una vida cómoda. Catherine, desafiante, le asegura que no permitirá que nadie, ni siquiera él, dañe a Linton mientras ella esté presente. También lo confronta sobre su crueldad y su soledad, diciéndole que nadie lo ama y que nadie lamentará su muerte. Estas palabras enfurecen a Heathcliff, pero también parecen afectarlo profundamente.

Durante esta conversación, Heathcliff revela detalles inquietantes sobre su obsesión con Catherine Earnshaw, la madre de Catherine Linton. Explica que ha estado atormentado por el espíritu de la primera Catherine desde su muerte y que incluso llegó a abrir su tumba para verla de nuevo. Aunque inicialmente contempló quedarse con ella en la sepultura, el sexton lo disuadió advirtiéndole de que el cuerpo se alteraría con el tiempo si estaba expuesto al aire. Heathcliff relata con franqueza el alivio que sintió al ver su rostro nuevamente, aún intacto, y describe cómo esta obsesión ha dominado su vida durante dieciocho años, hasta el punto de verlo como una forma de consuelo y tortura a la vez.

Finalmente, Catherine se ve obligada a seguir a Heathcliff. Antes de partir, se despide de Nelly con un beso frío y le pide que no la olvide y que la visite en Wuthering Heights, aunque Heathcliff prohíbe explícitamente a Nelly acercarse a su propiedad. La escena termina con Nelly observando desde la ventana cómo Heathcliff, con paso rápido y decidido, lleva a Catherine hacia un futuro incierto y sombrío. La sensación de pérdida y el control absoluto de Heathcliff sobre todos los que lo rodean se vuelven aún más palpables en este momento clave de la historia.

CAPÍTULO XXX

En el capítulo XXX, Nelly narra los acontecimientos posteriores a la partida de Catherine hacia Wuthering Heights bajo el control de Heathcliff. Catherine se enfrenta a una existencia sombría y hostil en su nuevo hogar. Zillah, la ama de llaves, le cuenta a Nelly que Catherine fue abandonada a su suerte cuando llegó y que tuvo que cuidar sola de su moribundo esposo, Linton, sin recibir apoyo ni compasión por parte de los habitantes de la casa.

Linton fallece poco después de la llegada de Catherine, lo que deja a la joven viuda desolada. Heathcliff, sin mostrar ningún rastro de empatía, demuestra su control absoluto sobre la situación al presentarle el testamento de Linton. Este documento, firmado bajo coerción, otorga a Heathcliff todas las propiedades que pertenecieron a Catherine y su difunto esposo, dejando a la joven sin recursos ni poder para enfrentar a su despiadado suegro. Catherine permanece confinada y aislada en su habitación durante semanas tras la muerte de Linton, visitada únicamente por Zillah, quien también adopta una actitud fría hacia ella debido a la altivez y el orgullo de Catherine.

Eventualmente, Catherine comienza a descender al salón común, pero su interacción con los demás miembros de la casa es tensa. Hareton, aunque torpe y rudo, intenta acercarse a ella movido por un interés sincero. Sin embargo, Catherine lo rechaza con dureza, menospreciando sus esfuerzos y mostrando desprecio por su falta de educación. A pesar de los intentos de Hareton por complacerla, su relación sigue siendo distante, marcada por el orgullo de Catherine y el resentimiento acumulado a causa de las circunstancias.

El capítulo también muestra el absoluto control que Heathcliff ejerce sobre todos los que lo rodean, incluida Catherine. Aunque Nelly considera la posibilidad de rescatar a Catherine y llevarla a vivir con ella, reconoce que Heathcliff nunca lo permitiría. La situación de Catherine queda descrita como profundamente solitaria, sin aliados en la casa y con un futuro incierto bajo el dominio de su suegro.

El relato de Nelly termina con la decisión de Lockwood de abandonar Thrushcross Grange y regresar a Londres, incapaz de soportar otro invierno en ese lugar. Su partida marca un cambio en la narrativa, que se aleja temporalmente de los eventos de Wuthering Heights y deja en suspenso el destino de los personajes atrapados en este ciclo de sufrimiento y opresión.

CAPÍTULO XXXI

En el capítulo XXXI, Lockwood visita de nuevo Wuthering Heights para entregar una carta de Nelly a Catherine. Al llegar, Hareton lo recibe de forma hosca y lo acompaña a la casa, donde Catherine, más apagada que antes, está preparando alimentos. Al intentar entregarle la carta de manera discreta, Hareton se la intercepta y la guarda, diciendo que Heathcliff debe verla primero. Sin embargo, tras una breve disputa, Hareton, movido por un sentimiento de culpa, se la entrega a Catherine, quien la lee ansiosamente.

Durante su conversación con Lockwood, Catherine expresa su descontento con su vida en Wuthering Heights. Menciona que Heathcliff le ha destruido sus libros, privándola de uno de los pocos consuelos que tenía. También revela que descubrió una colección secreta de libros en la habitación de Hareton, lo que provoca una discusión entre ambos. Catherine se burla de su falta de educación y de sus intentos fallidos de aprender a leer, ridiculizándolo por sus errores. Hareton, herido por las críticas, responde impulsivamente y, en un acto de frustración, lanza sus libros al fuego, mostrando cuánto le dolía renunciar a su empeño por mejorar.

La relación entre Catherine y Hareton es tensa, pero también revela destellos de una conexión más profunda. A pesar de los insultos de Catherine, Hareton sigue mostrando interés en ella, aunque sus intentos de acercamiento son torpes y frecuentemente rechazados. Por su parte, Catherine mezcla desprecio con una melancolía que parece reflejar su insatisfacción con su situación y su aislamiento.

Cuando Heathcliff llega a casa, Hareton, visiblemente alterado, evita explicarle lo sucedido. Heathcliff, al observar la situación, parece preocupado y menciona que cada día ve más a Catherine Earnshaw reflejada en Hareton, lo que le causa un profundo conflicto emocional. Mientras tanto, Catherine, al ver a Heathcliff, se retira al instante a la cocina, evitando enfrentarse a él.

Lockwood informa a Heathcliff de su decisión de dejar Thrushcross Grange y no renovar su contrato de arrendamiento. Aunque la conversación es tensa, Heathcliff lo invita a cenar. Durante la comida, el ambiente en Wuthering Heights es sombrío y opresivo, y Heathcliff y Hareton no dicen nada. Lockwood reflexiona sobre la desolación de la casa y la vida de Catherine, imaginando cómo podría haber sido diferente si hubiera surgido un vínculo entre ambos y ella hubiera escapado de su confinamiento.

El capítulo concluye con Lockwood dejando Wuthering Heights, reflexionando sobre la triste atmósfera del lugar y el potencial desperdiciado de sus habitantes. La tensión y la desolación continúan marcando el destino de los personajes atrapados en este ciclo de sufrimiento.

CAPÍTULO XXXII

En el capítulo XXXII, Lockwood decide visitar Thrushcross Grange después de varios meses de ausencia. Al llegar, descubre que la casa está prácticamente vacía y que solo viven en ella una anciana y una niña, y se entera de que Nelly Dean ahora reside en Wuthering Heights. Intrigado, Lockwood se dirige a la casa de Heathcliff.

Al llegar, se encuentra con un ambiente transformado: las puertas y ventanas están abiertas y un aire de frescura y serenidad lo inunda todo, en lugar de la atmósfera opresiva que recordaba. Desde fuera, observa a Hareton y Catherine juntos. Hareton está aprendiendo a leer con la supervisión de Catherine, quien lo corrige con un tono amable y juguetón. La escena refleja una creciente intimidad entre ellos, lo que supone una notable diferencia respecto a la hostilidad anterior. Lockwood decide entrar por la cocina, donde se encuentra con Nelly, quien lo recibe con sorpresa y alegría.

Nelly le cuenta los acontecimientos recientes, empezando por la muerte de Heathcliff tres meses antes. Señala que, quince días después de que Lockwood abandonara Thrushcross Grange, fue citada para presentarse en Wuthering Heights, sin que se le dieran mayores explicaciones. En una breve entrevista con Heathcliff, este le dice que está harto de Catherine y que Nelly deberá atenderla. Así fue testigo de cómo Catherine y Hareton fueron estrechando su vínculo. Aunque al principio su relación estaba marcada por malentendidos y resentimientos, Catherine finalmente se arrepintió de burlarse de Hareton por su falta de educación y trató de reparar el daño alentándolo a retomar sus estudios. A pesar de la resistencia inicial de Hareton, Catherine logra ganarse su confianza y afecto, y ambos establecen una amistad que parece ir más allá.

CAPÍTULO XXXIII

En el capítulo XXXIII, Nelly continúa el relato de los últimos meses en Wuthering Heights. Cuenta que Catherine convenció a Hareton de remover unos arbustos en el jardín para plantar flores, una acción que provocó la furia de Joseph, quien consideraba los arbustos de su propiedad. Cuando Heathcliff descubre lo sucedido, la enfrenta con un furor contenido. Ella, desafiante, le recuerda cómo la despojaron de sus propiedades y derechos, lo que aumenta aún más la tensión. Hareton, en un acto que evidenciaba su creciente lealtad hacia Catherine, intenta protegerla de la ira de Heathcliff. Este último está al borde de la violencia, sin embargo con la intervención de Hareton recupera la compostura y exige que Catherine se retire de su vista.

La creciente conexión entre Catherine y Hareton contrasta con la actitud cada vez más retraída de Heathcliff. Durante una conversación con Nelly, Heathcliff confiesa que su deseo de venganza, que lo había impulsado durante años, ha desaparecido. La visión de Catherine y Hareton, cuyas semejanzas con Catherine Earnshaw son notables, le causa una mezcla de dolor y obsesión. Heathcliff admite que todo en su entorno le recuerda a Catherine Earnshaw, desde los rostros de las personas hasta los elementos del paisaje, lo que le provoca una agonía constante.

Heathcliff también revela que se siente atrapado en un estado de indiferencia hacia la vida. Aunque físicamente está bien, describe su existencia como un esfuerzo constante para mantener funciones básicas como respirar y moverse. Expresa un anhelo por un cambio, un desenlace que, según él, está cerca, aunque no puede precisar qué forma tomará.

El capítulo refleja la transformación de Heathcliff, que se ve consumido por su obsesión y su conexión con el pasado. Mientras Catherine y Hareton encuentran consuelo mutuo y la posibilidad de un futuro más esperanzador, Heathcliff parece dirigirse hacia un destino sombrío, marcado por su incapacidad para liberarse de los recuerdos de su amor perdido. La atmósfera de tensión y melancolía presagia el inminente desenlace de la historia.

CAPÍTULO XXXIV

En el capítulo final de Cumbres Borrascosas se desarrolla el desenlace de la historia en un ambiente cargado de simbolismo y con un profundo contraste entre los destinos de los personajes principales. Heathcliff, consumido por su obsesión y sus reminiscencias del pasado, se enfrenta a su propia muerte, mientras que los jóvenes, Catherine y Hareton, avanzan hacia un futuro más prometedor.

Heathcliff se encuentra cada vez más aislado y agitado emocionalmente. Durante días apenas come o duerme y parece estar profundamente influenciado por lo que describe como una inminente proximidad a su «cielo». Aunque en ocasiones se muestra inquietantemente animado, su salud se deteriora rápidamente. Confiesa a Nelly que siente que está al borde de alcanzar lo que más desea, aunque no explica claramente qué es. Su relación con Catherine y Hareton, que ahora disfrutan de una amistad floreciente y un vínculo romántico en ciernes, lo afecta profundamente, y evita su compañía tanto como puede. La vista del amor que se profesan los jóvenes parece hacerle daño.

La víspera de su muerte, Heathcliff se encierra en su habitación. A la mañana siguiente, Nelly lo encuentra muerto, recostado junto a una ventana abierta. Su expresión refleja una extraña paz y un inquietante júbilo, como si hubiera logrado reunirse con el espíritu de Catherine Earnshaw, la figura que lo obsesionó durante toda su vida. Aunque su muerte es un misterio, se insinúa que fue el resultado de su desgaste físico y emocional, exacerbado por su privación de comida y descanso.

Heathcliff es enterrado junto a Catherine y Edgar Linton, cumpliendo con sus últimos deseos. Los rumores de los aldeanos sugieren que su espíritu vaga por los páramos junto al de Catherine, pero Nelly no se cree estas historias.

Entretanto, Catherine y Hareton planean casarse y mudarse a Thrushcross Grange, dejando Wuthering Heights al cuidado de Joseph y cerrando la casa en gran parte. Su relación simboliza una posible redención y renovación, marcando el fin de la larga cadena de odio y venganza que caracterizó la historia de Heathcliff.

El capítulo culmina con el narrador, Lockwood, que reflexiona ante las tumbas de Heathcliff, Catherine y Edgar. Bajo un cielo sereno y rodeado por el silencio del páramo, se pregunta cómo alguien podría imaginar sueños desapacibles para quienes descansan en esa tierra tranquila. Este cierre refuerza la idea de que, a pesar de la turbulencia de sus vidas, todos los personajes encuentran finalmente la paz en la muerte.

Personajes de Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë

Heathcliff es el personaje central de la novela y uno de los más complejos. Desde su infancia como huérfano adoptado por el señor Earnshaw, su vida está marcada por el rechazo y la humillación, principalmente por parte de Hindley, el hijo biológico de Earnshaw. Esta hostilidad alimenta un profundo resentimiento que se convierte en el motor de su vida adulta. Es un hombre impulsado por un amor obsesivo hacia Catherine y el deseo de venganza contra quienes lo han despreciado. A lo largo de la historia, su carácter se transforma en uno cruel y despiadado, capaz de manipular y destruir a los demás para alcanzar sus objetivos. Sin embargo, debajo de su dureza se esconde una vulnerabilidad trágica, ya que su amor por Catherine, aunque inmenso, nunca es plenamente correspondido, y su vida termina consumida por su incapacidad de superar su pérdida.

Catherine Earnshaw, la hija del señor Earnshaw, es una mujer apasionada y caprichosa, atrapada entre su amor por Heathcliff y su ambición de ascender socialmente al casarse con Edgar Linton. Catherine es profundamente contradictoria: aunque afirma que Heathcliff es su alma gemela, elige un matrimonio que le garantice estabilidad y respeto social. Su egoísmo y su indecisión contribuyen a los conflictos centrales de la historia. Tras casarse con Edgar, su salud mental y física se deteriora debido a la intensidad de sus emociones y al enfrentamiento entre su amor por Heathcliff y las tensiones con su esposo. Catherine muere joven, dejando tras de sí un legado de sufrimiento para las generaciones futuras.

Edgar Linton es el contrapunto de Heathcliff. Representa la civilización, la calma y la bondad, pero también la debilidad y la falta de pasión. Edgar ama de manera sincera a Catherine, pero nunca logra entender completamente su naturaleza salvaje ni su conexión con Heathcliff. Su relación con Catherine está marcada por el respeto y la devoción, aunque también por un sufrimiento silencioso causado por la intrusión de Heathcliff en sus vidas. Como padre de Cathy, intenta protegerla de las influencias negativas de Wuthering Heights, aunque finalmente no puede evitar que se vea arrastrada al conflicto entre las dos familias.

Isabella Linton, la hermana de Edgar, es un personaje trágico que al principio es ingenua y vulnerable. Atraída por la apariencia y el misterio de Heathcliff, se casa con él pese al rechazo de su hermano, solo para descubrir rápidamente que su matrimonio es un error. Heathcliff la trata con desprecio y crueldad, viéndola únicamente como un medio para vengarse de Edgar. A pesar de su sufrimiento, Isabella muestra resiliencia al huir de Heathcliff y criar a su hijo, Linton, por su cuenta.

Hindley Earnshaw es el hermano mayor de Catherine y el antagonista principal de Heathcliff en su juventud. Tras la muerte de su padre, Hindley asume el control de Wuthering Heights y degrada a Heathcliff, tratándolo como un sirviente. Sin embargo, su vida se desmorona después de la muerte de su esposa, Frances, lo que lo lleva a caer en el alcoholismo y la autodestrucción. Su odio hacia Heathcliff y su incapacidad para controlar sus impulsos contribuyen a su ruina, permitiendo que Heathcliff se apodere de su patrimonio y someta a su hijo, Hareton.

Cathy Linton, la hija de Catherine y Edgar, es un reflejo de su madre en términos de vivacidad y fuerza de carácter, pero carece del egoísmo destructivo de esta. Cathy crece en un ambiente protegido, pero su destino cambia cuando Heathcliff la utiliza como pieza clave en sus planes de venganza. A pesar de las dificultades, Cathy muestra resiliencia y un corazón bondadoso, especialmente en su relación con Hareton. Su amor por él simboliza una posibilidad de reconciliación y redención para las generaciones marcadas por el odio.

Hareton Earnshaw, el hijo de Hindley, es una víctima de la crueldad de Heathcliff, quien lo cría en la ignorancia y la humillación como venganza contra Hindley. Sin embargo, Hareton posee una nobleza innata que aflora finalmente gracias a la influencia de Cathy. Su transformación de un joven rudo y resentido a un hombre capaz de amar y ser amado es una de las evoluciones más esperanzadoras de la novela.

Linton Heathcliff, el hijo de Heathcliff e Isabella, es un joven enfermizo y débil, utilizado por su padre como instrumento de venganza. Linton carece de la fuerza de carácter de Heathcliff y se muestra egoísta y manipulador, especialmente en su trato hacia Cathy. Su muerte prematura marca el final de la línea directa de Heathcliff y refuerza la idea de que el odio y la venganza no pueden perpetuarse indefinidamente.

Nelly Dean, la narradora principal, es un personaje fundamental que actúa como testigo de los acontecimientos y como mediadora entre los lectores y la historia. Aunque su relato está teñido de sus propias interpretaciones y juicios, su posición de observadora cercana le permite ofrecer una perspectiva detallada de las dinámicas familiares y emocionales en ambas propiedades. Nelly muestra empatía hacia los personajes, pero también actúa como una figura de autoridad que intenta guiar a las generaciones más jóvenes.

Joseph, el sirviente de Wuthering Heights, aporta un tono de severidad religiosa y superstición a la historia. Aunque su influencia es menor, su presencia constante en la casa y su lealtad a las tradiciones del lugar contribuyen a crear una atmósfera opresiva y decadente.

El señor Lockwood, es el narrador inicial y uno de los principales observadores de la novela. Es un hombre educado, de clase media alta, que decide alquilar Thrushcross Grange para alejarse de la sociedad londinense y buscar tranquilidad. Sin embargo, su curiosidad y su carácter introspectivo lo llevan a involucrarse en las complejas dinámicas de Wuthering Heights y sus habitantes. Lockwood es un narrador indirecto que, a través de sus interacciones con Nelly Dean y los demás personajes, actúa como un puente entre los hechos de la historia y el lector. Aunque es bien intencionado, es reservado y algo torpe en sus relaciones sociales, lo que contrasta con la intensidad de las emociones que observa en los demás. Su perspectiva inicial, cargada de sorpresa y desconcierto, evoluciona hacia una comprensión más profunda de los oscuros conflictos y pasiones que marcan a las personas que lo rodean.

Comentario y análisis de Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë

Cumbres Borrascosas es una obra difícil de entender a primera vista porque no es una historia de amor sencilla, ni cuenta con héroes tradicionales ni finales felices. Es una intensa y apasionada exploración de las emociones humanas más fuertes: el amor, el odio, la venganza y la redención. En sus páginas se desarrolla un drama profundamente complejo que abarca dos generaciones y muestra cómo las decisiones y acciones de los personajes afectan a ellos mismos y a quienes los rodean.

El libro gira en torno a dos casas: Wuthering Heights y Thrushcross Grange, que simbolizan fuerzas opuestas. Wuthering Heights representa lo salvaje, lo incontrolado y lo destructivo, mientras que Thrushcross Grange simboliza la civilización, el orden y la estabilidad. Los personajes se mueven entre estas dos fuerzas y sus vidas se ven moldeadas por la tensión entre ambas. Por ejemplo, Heathcliff, el personaje central, encarna lo salvaje y la intensidad emocional que definen a Wuthering Heights, mientras que Edgar Linton representa la calma y el orden de Thrushcross Grange.

El amor entre Heathcliff y Catherine Earnshaw es el eje central de la historia, pero no es un amor romántico convencional. Es un vínculo tan intenso que llega a ser destructivo, especialmente porque Catherine elige casarse con Edgar por razones sociales, a pesar de que reconoce que Heathcliff es su alma gemela. Esta elección no solo rompe el corazón de Heathcliff, sino que también lo impulsa a buscar venganza de una manera despiadada, afectando a todos los que lo rodean, incluidos sus descendientes. Este amor trágico muestra cómo una pasión descontrolada puede consumir a las personas, transformando el amor en odio y el deseo en obsesión.

La venganza es un tema que atraviesa toda la novela. Heathcliff dedica su vida a vengarse de quienes lo humillaron y rechazaron, como Hindley y Edgar, y utiliza a las siguientes generaciones como instrumentos para alimentar su odio. Sin embargo, esta venganza no le produce satisfacción, sino que lo consume y lo deja vacío. Su obsesión lo aísla de cualquier posibilidad de felicidad y lo conduce a un final marcado por el delirio y la desesperación. Esto muestra cómo el deseo de venganza puede ser tan destructivo para quien lo siente como para quienes lo rodean.

A pesar de la oscuridad de la historia, el libro también ofrece un rayo de esperanza en la relación entre Hareton Earnshaw y Cathy Linton, los descendientes de las familias enfrentadas. A través de su amor, que nace lentamente y supera obstáculos como el orgullo y el resentimiento, Brontë sugiere que es posible romper el ciclo de odio y sufrimiento heredado de las generaciones anteriores. Su unión simboliza la reconciliación y la posibilidad de un futuro más pacífico, en contraste con la devastación causada por la generación anterior.

El estilo narrativo de la novela también es interesante. La historia está contada principalmente por Nelly Dean, una narradora que mezcla sus propios juicios y emociones con los hechos. Esto crea una sensación de proximidad, como si el lector estuviera escuchando la historia de alguien que realmente vivió los acontecimientos. Además, el hecho de que Lockwood sea el narrador inicial y final añade una perspectiva externa que permite al lector reflexionar sobre la historia desde una distancia mayor. Esta estructura de narración enmarcada es inusual y añade profundidad a la forma en que experimentamos la trama.

Por último, es importante destacar la ambientación. Los páramos donde se encuentran las dos casas no solo son el escenario de la historia, sino que también se convierten en un personaje más. El clima áspero, los paisajes desolados y la sensación de aislamiento reflejan las emociones de los personajes y la intensidad de los acontecimientos. Esta conexión entre el entorno y la trama refuerza la atmósfera de la novela y hace que el lector perciba la fuerza de la naturaleza como un reflejo de los conflictos humanos.

Emily Brontë - Cumbres Borrascosas. Resumen y análisis edit
  • Autor: Emily Brontë
  • Título: Cumbres Borrascosas
  • Título Original: Wuthering Heights
  • Publicado por: Thomas Cautley Newby
  • Año: 1847

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