Mario Benedetti: Corazonada

Mario Benedetti

Apreté dos veces el timbre y en seguida supe que me iba a quedar. Heredé de mi padre, que en paz descanse, estas corazonadas. La puerta tenía un gran barrote de bronce y pensé que iba a ser bravo sacarle lustre. Después abrieron y me atendió la ex, la que se iba. Tenía cara de … Leer más

Bertolt Brecht: El viaje en el compartimiento

Bertolt Brecht

Subió a un tren repleto, en el que los viajeros iban como arenques enlatados, y abrió uno de los compartimientos. Alguien cerró con fuerza la puerta desde dentro. Él volvió a abrirla de golpe y vio un hombre gordo y dos mujeres sentadas, que acunaban criaturas en sus regazos. —Cierre —dijo el gordo en tono … Leer más

Cristina Peri Rossi: En la playa

Cristina Peri Rossi

El agua golpeaba contra las rocas y la espuma se levantaba en el aire, lamiendo las piedras. El paisaje era perfecto, porque la iglesia estaba iluminada y la luna llena. Habían llegado dos días antes al balneario, ocupado una pieza en el hotel de tres estrellas cuya ventana se abría sobre la playa y no … Leer más

Ramón del Valle-Inclán: Un cabecilla

Ramón del Valle Inclán

DE aquel molinero viejo y silencioso que me sirvió de guía para visitar las piedras célticas del Monte Rouriz guardo un recuerdo duro, frío y cortante como la nieve que coronaba la cumbre. Quizá más que sus facciones, que parecían talladas en durísimo granito, su historia trágica hizo que con tal energía hubiéseme quedado en … Leer más

Lorrie Moore: Cómo hacerse escritora

Lorrie Moore

En primer lugar, intenta ser alguna otra cosa, lo que sea. Estrella de cine-astronauta. Estrella de cine-misionera. Estrella de cine-maestra de jardín de infancia. Presidenta del mundo. Fracasa estrepitosamente. Lo mejor es que fracases a edad temprana, a los catorce años, digamos. La desilusión temprana, grave, es necesaria para que a los quince años puedas … Leer más

Giovanni Papini: El día no restituido

Giovanni Papini

Conozco muchas viejas y hermosas princesas, pero solamente a aquellas que son tan pobres que apenas tienen una pequeña mucama vestida de negro y que están reducidas a vivir en alguna degradada villa toscana, una de esas escondidas villas donde dos cipreses polvorientos montan guardia junto a un portal de rejas murado. Si encontráis alguna … Leer más