Lev Tolstói: El viejo caballo
En nuestra finca había un viejo llamado Pimén Timofeich. Había cumplido noventa años. Vivía con un nieto. Estaba encorvado y andaba muy lentamente, apoyándose en un cayado. Tenía la boca desdentada y la cara surcada de arrugas. Le temblaba el labio inferior. Al caminar o al hablar, solía mover los labios; pero no se podía …