Gabriela Mistral: Los sonetos de la muerte

Gabriela Mistral

I Del nicho helado en que los hombres te pusieron,te bajaré a la tierra humilde y soleada.Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,y que hemos de soñar sobre la misma almohada. Te acostaré en la tierra soleada con unadulcedumbre de madre para el hijo dormido,y la tierra ha de hacerse suavidades de … Leer más

Pablo Neruda: Tu risa

Pablo Neruda

Quítame el pan si quieres,quítame el aire, perono me quites tu risa. No me quites la rosa,la lanza que desgranas,el agua que de prontoestalla en tu alegría,la repentina olade planta que te nace. Mi lucha es dura y vuelvocon los ojos cansadosa veces de haber vistola tierra que no cambia,pero al entrar tu risasube al … Leer más

Manuel Rojas: Pancho Rojas

Manuel Rojas

Para Enrique Espinoza No podría decir a qué hora murió Pancho Rojas. Sospecho que murió al amanecer, instante que me parece el más angustioso para morir: irse cuando nace el nuevo día, un nuevo día que uno no vivirá, debe ser más duro que irse al caer la tarde, cuando se espera el sueño y … Leer más

Guillermo Blanco: Adiós a Ruibarbo

Guillermo Blanco - Adiós a Ruibarbo

En «Adiós a Ruibarbo», cuento de Guillermo Blanco, se narra la conmovedora historia de un niño que forma un vínculo especial con los caballos de una panadería local. Cada día, el chico los observa y acaricia, demostrando un profundo cariño y empatía hacia ellos. La trama se centra en su rutina diaria y su conexión … Leer más

Poli Délano: Como la hiena

Poli Délano

Hay días —sobre todo mañanas— en que puedo llegar a sentir una especie de felicidad verdaderamente inexplicable. Seré tal vez como la hiena, que es fea, se alimenta de excrementos, fornica una vez por año y sin embargo se ríe. Es probable —no soy yo quien quisiera negarlo— que dentro de todos los pesares, de … Leer más

Manuel Rojas: Canto y baile

Manuel Rojas

Los muebles de aquel salón de baile eran tapizados con brocato color rojo; rojo era también el papel que cubría las paredes y roja la alfombra que, después de orillar de encarnado las patas de las sillas y sillones, terminaba súbitamente ante el piano. En las ropas de las mujeres de aquel salón de baile … Leer más