Ray Bradbury: La caja de sorpresas

Ray Bradbury - La caja de sorpresas

«La caja de sorpresas,» cuento de Ray Bradbury publicado en Dark Carnival (1947), narra la historia de Edwin, un niño que vive aislado en un entorno claustrofóbico, rodeado de árboles que lo separan del mundo exterior. Huérfano de padre, Edwin crece bajo el control obsesivo de su madre, quien le advierte de peligrosas bestias fuera de su hogar. Edwin sueña con lo desconocido, mientras su madre mantiene un estricto control sobre su vida y lo llena de miedos. Un día, Edwin descubre una puerta prohibida que lo lleva a una terraza desde donde puede ver más allá de los árboles, revelándole un mundo vasto y desconocido que atrae toda su curiosidad. Un incidente fortuito ocurrido en su cumpleaños alterará su vida para siempre.

Ray Bradbury: Te pillé!

Ray Bradbury - Te pillé

«¡Te pillé!», cuento de Ray Bradbury publicado en 1979, narra la historia de Beth y Charles, una pareja que vive un amor intenso y apasionado, sin restricciones. Todo parece perfecto hasta que Beth propone un nuevo juego llamado «Te pillé». Aunque Charles es escéptico, acepta participar. A medianoche, el juego comienza. Charles se encuentra en la cama, y lo que se inicia como un pasatiempo lúdico pronto se convierte en una experiencia aterradora.

Ray Bradbury: La sonrisa

Ray Bradbury - La sonrisa

«La sonrisa», cuento de Ray Bradbury publicado en 1952, nos sitúa en un futuro postapocalíptico. El mundo ha sucumbido a la destrucción, las ciudades están desmoronadas y los humanos, que luchan por sobrevivir, han vuelto a vivir en cavernas. En esta realidad distópica, sólo unos pocos eventos sacan a las personas de la rutina: los festivales. Uno de ellos está a punto de celebrarse y tendrá a una copia de La Gioconda como protagonista. Como muchos otros, Tom se ha levantado muy temprano para asistir a él.

Ray Bradbury: El viento

Ray Bradbury - El viento

«El viento», cuento de Ray Bradbury publicado en 1943, es un relato de terror psicológico que narra la historia de Allin, un hombre convencido de que los vientos son entidades vivientes y que uno de ellos intenta poseerlo. Buscando apoyo, Allin recurre a su amigo Herb Thompson, pero Herb se encuentra impedido de ir al hogar de Allin debido a que espera invitados en su propia casa; además, no puede dejar a su esposa, quien cree que Allin está demente. A lo largo de la noche, Herb recibe varias llamadas de Allin, cada vez más alarmantes y perturbadoras. Allin insiste en que el viento lo ataca, un relato difícil de creer para Herb, ya que en su hogar solo se percibe una suave brisa, sin indicios de la tormenta que Allin describe.

Ray Bradbury: La última noche del mundo

Ray Bradbury - La última noche del mundo2

«La última noche del mundo», cuento corto de Ray Bradbury publicado en 1951, cuenta la historia de un matrimonio que enfrenta la posibilidad de que esa noche la humanidad llegue a su fin. En una tarde que transcurre con normalidad, mientras sus hijas juegan, el marido comparte con su esposa un sueño premonitorio sobre el apocalipsis que, curiosamente, también ha sido experimentado por sus colegas y muchas otras personas. Este no será un cataclismo natural ni un desastre bélico, sino un final tranquilo y silencioso, sin estridencias. La narrativa explora cómo ellos y su comunidad manejan la inminente certeza de estar viviendo sus últimas horas en la Tierra.

Ray Bradbury: La bruja de abril

Ray Bradbury - La bruja de abril

«La bruja de abril» es un inquietante cuento de Ray Bradbury publicado en 1952. Narra la historia de Cecy, una joven de diecisiete años con poderes mágicos. Como todos los miembros de su familia, tiene la facultad de poseer el cuerpo de otros seres y experimentar el mundo a través de ellos. Aunque disfruta viviendo en animales y plantas, lo que Cecy anhela es vivir el amor humano, algo prohibido para ella, que podría hacerle perder sus poderes. Un día de abril, desobedeciendo las advertencias de sus padres, Cecy se aloja en el cuerpo de una muchacha, a quien obliga a realizar una serie de conductas, sólo para satisfacer su deseo y curiosidad, sin reparar en las consecuencias que esto pudiera tener.