Horacio Quiroga: Una estación de amor
Primavera Era el martes de carnaval. Nébel acababa de entrar en el corso, ya al oscurecer, y mientras deshacía un paquete de serpentinas miró al carruaje de delante. Extrañado de
Primavera Era el martes de carnaval. Nébel acababa de entrar en el corso, ya al oscurecer, y mientras deshacía un paquete de serpentinas miró al carruaje de delante. Extrañado de
Era la última hormiga de la caravana, y no pudo seguir la ruta de sus compañeras. Un terrón de azúcar había resbalado desde lo alto, quebrándose en varios terroncitos. Uno
El individuo se enfermó. Llegó a la casa con atroz dolor de cabeza y náuseas. Acostose enseguida, y en la sombría quietud de su cuarto sintió sin duda alivio. Mas
Lo que ocurre, doctor, es que en mi caso los sueños vienen por ciclos temáticos. Hubo una época en que soñaba con inundaciones. De pronto los ríos se desbordaban y
Esperó al padre en la puerta de la escuela. Como todos los viernes. A partir del divorcio, Fernando vivía con su madre, pero los fines de semana eran del padre.
A Augusto Bonardo Poné que el mejor tango que hicimos juntos no lo escribí yo, ni él tampoco. La última madrugada me llamó a las tres, desde el sanatorio. Le