Ana María Matute: Los relojes
Me avergüenza confesar que hasta hace muy poco no he comprendido el reloj. No me refiero a su engranaje interior -ni la radio, ni el teléfono, ni los discos de
Me avergüenza confesar que hasta hace muy poco no he comprendido el reloj. No me refiero a su engranaje interior -ni la radio, ni el teléfono, ni los discos de
“…y abatíme tanto, tanto que fui tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance…” San Juan de La Cruz Además era el día de mi cumpleaños. Desde
«¿Qué decir de ella?¿Qué decir de la torva conciencia,de ese espectro en mi camino?»(Chamberlayne, Pharronida) Permitidme que, por el momento, me llame a mí mismo William Wilson. Esta blanca página
Era uno de esos domingos de mediados del verano, cuando todos se sientan y comentan “Anoche bebí demasiado”. Quizá uno oyó la frase murmurada por los feligreses que salen de
A nadie le importó cuando encontraron su pieza desierta. La dueña dijo: “El de la 13 ha desaparecido”. Siguieron comiendo. Un pensionista volcó el arroz sobre su armadura. Mientras limpiaba,
1 Le habían dicho que las señoras estaban en la iglesia, pero supo que no era así por lo que vio desde lo alto de las escaleras —descendían desde una