Giovanni Papini: El mendigo de almas
Había gastado en un café, a primeras horas de la noche, los últimos céntimos que me quedaban sin que la acostumbrada bebida me hubiese dado la inspiración que buscaba y
Había gastado en un café, a primeras horas de la noche, los últimos céntimos que me quedaban sin que la acostumbrada bebida me hubiese dado la inspiración que buscaba y
Conozco muchas viejas y hermosas princesas, pero solamente a aquellas que son tan pobres que apenas tienen una pequeña mucama vestida de negro y que están reducidas a vivir en
Hace ya cuatro días, mientras escribía con ligera irritación algunas de las páginas más falsas de mis «Memorias», oí que golpeaban levemente a la puerta, pero no me levanté ni