Amparo Dávila: La señorita Julia

Amparo Dávila - La señorita Julia

«La señorita Julia» es un cuento de la escritora mexicana Amparo Dávila, publicado en 1959 en el libro Tiempo destrozado. La historia retrata a una mujer solitaria y meticulosa cuya vida comienza a desmoronarse tras padecer un insomnio persistente provocado por ruidos extraños en su casa. Su deterioro físico y mental se manifiesta en el trabajo, donde sus compañeros especulan con crueldad y maledicencia sobre su vida privada. Incapaz de hallar el origen del mal que la aqueja, Julia se obsesiona con eliminar a las ratas que cree invaden su hogar. Lo que parecía una vida tranquila y ejemplar se transforma en una lucha silenciosa contra una amenaza invisible.

Carlos Fuentes: Chac Mool

Carlos Fuentes - Chac Mool

«Chac Mool» es un cuento del escritor mexicano Carlos Fuentes, publicado en 1954 en el libro Los días enmascarados. Narra la historia de Filiberto, un hombre fascinado por la cultura prehispánica. Tras su inesperada muerte en Acapulco, se descubre un cuaderno de notas que revela su obsesión por la escultura de una antigua figura mitológica maya. Instalado en su vieja casa, el ídolo empieza a transformarse en una presencia inquietante que altera por completo la rutina del protagonista.

Inés Arredondo: La señal

Inés Arredondo - La señal

«La señal» es un cuento de la escritora mexicana Inés Arredondo, publicado en 1965 en el libro del mismo nombre. En una tarde sofocante, Pedro busca refugio del sol en una iglesia solitaria. Envuelto por el silencio y la frescura del templo, entra en un estado de calma interior. La irrupción de un desconocido con una petición insólita rompe esa quietud y desencadena una escena desconcertante, cargada de tensión y simbolismo. Lo que parecía un momento de recogimiento se convierte en una experiencia íntima e irrepetible, que lo marcará para siempre.

Inés Arredondo: Estío

Inés Arredondo - Estío

«Estío» es un cuento de la escritora mexicana Inés Arredondo, publicado en 1965 en el libro La señal. Relata la vida de una mujer que comparte su casa con su hijo, Román, y con Julio, un estudiante que se traslada a vivir con ellos. En medio del calor sofocante, los días transcurren entre juegos, visitas al mar, baños en el río y paseos por la huerta, lo que parece unir cada vez más al trío. En este ambiente, el aire se impregna de una sensualidad apenas insinuada y la relación cotidiana entre los tres comienza a desbordar lo fraternal y a transformarse en algo inquietante.

Elena Garro: Invitación al campo

Elena Garro - Invitación al campo

«Invitación al campo» es un cuento de Elena Garro, publicado en 1997 en la colección El accidente y otros cuentos inéditos. La historia comienza con la visita inesperada de un ministro al hogar de Inés, una mujer que, sin comprender del todo el propósito del encuentro, acepta acompañarlo en una enigmática excursión campestre. Desde el primer momento, la figura del ministro impone un aura de poder y misterio que desconcierta a la protagonista. Lo que parece un simple paseo protocolar pronto adquiere un tono inquietante, transformándose en una travesía ambigua donde las fronteras entre lo real y lo fantástico se desdibujan.

Elena Garro: El día que fuimos perros. Resumen y análisis

Elena Garro - El día que fuimos perros. Resumen y análisis

En El día que fuimos perros, dos niñas, Eva y Leli, se quedan solas en una gran casa de provincia mientras su familia huye del calor veraniego. En medio del abandono y el tedio, deciden transformarse simbólicamente en perros y se integran en el mundo de Toni, el perro de la casa encadenado en el jardín. Adoptan los nombres de Cristo y Buda, y viven un día en un tiempo paralelo, ajeno al orden humano. Allí observan una escena de violencia: dos hombres se enfrentan y uno mata al otro. Los soldados interrogan a las niñas-perros, quienes responden con ladridos, y el asesino es arrestado. El crimen, sin embargo, las marca; el juego se quiebra y, al regresar a la casa, ya no pueden mantener la ficción animal. La noche se carga de presencias fantasmales y las niñas comprenden que han cruzado una línea: la experiencia del crimen las ha expulsado de la inocencia y de cualquier cielo posible, incluso del imaginado para los perros.