Andrés Caicedo: El ideal

Andrés Caicedo

De todos modos, nadie sonreía. Se paraban innumerables veces y movían lentamente las piernas en un punto fijo. Era una marcha triste, vacía. La lluvia les recordaba que tenían que continuar, que había que seguir adelante, que era un pecado detenerse. Le obedecían a la lluvia. Volteaban a mirar aquel lugar por última vez y … Leer más

Marguerite Yourcenar: La primera noche

Marguerite Yourcenar

Corría el tren hacia la insustancial Suiza. Sentados en el compartimento reservado, iban callados, con las manos cogidas: era su viaje de novios. El silencio pesaba sobre ellos. Se querían —o, al menos, así lo habían creído—, pero la forma de su amor, diferente en cada uno, servía únicamente para probarles lo poco que se … Leer más

Alfredo Bryce Echenique: Dos indios

Alfredo Bryce Echenique

Hacía cuatro años que Manolo había salido de Lima, su ciudad natal. Pasó primero un año en Roma, luego, otro en Madrid, un tercero en París y finalmente había regresado a Roma. ¿Por qué? Le gustaban esas hermosas artistas en las películas italianas, pero desde que llegó no ha ido al cine. Una tía vino … Leer más

James Thurber: La vida secreta de Walter Mitty

James Thurber

«¡Vamos a pasar!» La voz del comandante sonó como una fina capa de hielo al resquebrajarse. El hombre vestía uniforme de gala, con la gorra blanca, llena de galones, calada con garbo sobre un ojo gris de fría mirada. «No lo conseguiremos, mi comandante. Si me permite, esto tiene aspecto de huracán». «No se lo … Leer más

Juan Emar: El perro amaestrado

Juan Emar

Desiderio Longotoma, Baldomero Lonquimay y yo somos amigos. Esto nada tiene de extraño, pues juntos jugábamos en nuestra infancia. ¿Eran propiamente juegos los nuestros? Los de Desiderio Longotoma y los míos, sí. Los de Baldomero Lonquimay…, dudoso. Baldomero Lonquimay era, ya de niño, extremadamente serio y reflexivo y era, además… En fin, sobre los subestratos … Leer más

Ramón del Valle Inclán: Nochebuena

Ramón del Valle Inclán

ERA en la montaña gallega. Yo estudiaba entonces gramática latina con el señor Arcipreste de Céltigos, y vivía castigado en la rectoral. Aún me veo en el hueco de una ventana, lloroso y suspirante. Mis lágrimas caían silenciosas sobre la gramática de Nebrija, abierta encima del alféizar. Era el día de Nochebuena, y el Arcipreste … Leer más