Voltaire: El mozo de cuerda tuerto
Nuestros dos ojos no vuelven mejor nuestra condición; uno nos sirve para ver los bienes, y el otro los males de la vida. Mucha gente tiene la mala costumbre de
Nuestros dos ojos no vuelven mejor nuestra condición; uno nos sirve para ver los bienes, y el otro los males de la vida. Mucha gente tiene la mala costumbre de
Si me encuentro a una muchacha bonita y le pido: «Sé buena, ven conmigo», y pasa de largo sin decir una palabra, su actitud significa: «Tú no eres un duque
Adela de Rengifo se quejaba frecuentemente de que a ella le habían tocado las peores calamidades de la vida: enviudar a los veinticinco años, ser pobre y verse obligada a
William Ferraro, de Ferraro & Smith, vivía en una gran casa en Montagu Square. Un ala estaba ocupada por su esposa, quien se creía una inválida y obedecía en forma
La enorme sala rutilaba con sus luces y hormigueaba de gente. Era el reino del hipnotizador. A pesar de su aspecto endeble y poco atractivo, el hipnotizador brillaba, lucía, deslumbraba.
PUEDE que hayáis oído hablar de Sir Robert Redgauntlet, del señorío de Redgauntlet, que vivió en estas tierras hace ya mucho tiempo. Siempre se le recordará en la región; nuestros